Cuando se viene de Atar, tras varias decenas de kilómetros de pista pedregosa en medio del reg, la llegada a Chinguetti es majestuosa. Las coloridas siluetas de los habitantes que avanzan lentamente sobre la arena suspenden el tiempo. Chinguetti es una ciudad maravillosa, en la que hay que entrar sin hacer ruido, de puntillas. Primero se ve a lo lejos la imponente masa de dunas del poderoso Erg Ouarane, a cuyos pies Chinguetti parece a la vez acurrucada y atrapada. Las dunas son a la vez la alegría de esta ciudad, que ofrece a los turistas una visión irreal que constituye su éxito, y desgraciadamente su desgracia, ya que es invadida regularmente por la arena.En esta "Sorbona del desierto", como se la llama a veces, se distingue claramente el uadi que separa las construcciones recientes del casco antiguo, donde aún viven algunas familias y se encuentran la mezquita, una escuela y algunas bibliotecas. Por la noche, reina un extraño silencio en las callejuelas, mientras que durante el día están llenas de vendedores de baratijas y representantes de cooperativas que intentan atraer a los turistas que han venido a visitar las bibliotecas.Las principales tribus que componen la población de Chinguetti son los Ida-ou-Ali, los Laghlal y los Oulad Gheilan.Capital espiritual. El origen de la ciudad se remonta al siglo XIII, cuando los nómadas crearon Abweir, a unos kilómetros de distancia, cuyos restos aún pueden verse al noreste de Chinguetti siguiendo el uadi. Los conflictos entre los habitantes de Abweir llevaron a parte de su población a asentarse unos kilómetros más allá, en el emplazamiento de la actual Chinguetti. El floreciente comercio transahariano aseguró la prosperidad de la ciudad durante mucho tiempo. En su apogeo, en el siglo XVIII, Chinguetti contaba con una docena de mezquitas. Con el declive de las caravanas, la ciudad entró en decadencia en el siglo XX, como todas las demás ciudades históricas de Mauritania que dependían esencialmente del comercio transahariano.Sin entrar en la polémica sobre si Chinguetti es o no la séptima ciudad santa del Islam, señalemos simplemente que el Corán sólo menciona tres ciudades santas: La Meca, Medina y Jerusalén. Lo que es innegable, sin embargo, es que Chinguetti era un punto de encuentro muy importante para las caravanas de fieles que se dirigían a La Meca. Tanto es así que, cuando se preguntaba a estos peregrinos de dónde venían, todos respondían que de Chinguetti. Mauritania llegó a llamarse durante un tiempo el país de Shinguet, lo que demuestra la importancia espiritual de esta ciudad.Salida de la zona roja. Chinguetti, al igual que Uadane, fue una de las principales víctimas de la zona roja establecida por los gobiernos occidentales. Hoy en día, Chinguetti se encuentra en la zona amarilla, es decir, bajo vigilancia reforzada, lo que le permite volver a recibir numerosos visitantes.Cabe señalar que el uadi que separa las dos partes de la ciudad es también el eje -una pista no siempre bien definida- que permite llegar a Tanouchert y Uadane si no se desea tomar la carretera, más corta pero menos espectacular.

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Fotos e imágenes Chinguetti

Scène de vie quotidienne à Chinguetti. Eric Valenne geostory - Shutterstock.com
Enfant jouant dans la vieille ville de Chinguetti. Sylvain Philip
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