LAS POZAS

Durante una treintena de años (de 1950 a 1980), Edward James, excéntrico multimillonario inglés, hijo de un magnate ferroviario estadounidense y de una inglesa cercana a la familia real (se rumorea que es hijo ilegítimo del rey Eduardo VII), mecenas y amigo de los más grandes artistas surrealistas, diseñó y construyó aquí construcciones de hormigón, pintadas con colores fantasmagóricos, y su jardín surrealista se convirtió en una fuente de trabajo nada desdeñable para los habitantes, que entonces sufrían la crisis de los precios del café. La densa vegetación, el calor tropical, el diseño laberíntico del lugar, las esculturas y los edificios con su geometría triturada, el sonido de las cascadas, el canto de los insectos y los pájaros, el ejercicio físico (el lugar es montañoso), todo ello se combina para proporcionar una experiencia sensorial desconcertante. Desde el pueblo, un hermoso paseo te lleva durante 4 kilómetros bajo un bosque hasta llegar al lugar comúnmente conocido como Las Pozas, el patio artístico y arquitectónico de Edward James, flanqueado por cascadas situadas en un paraje natural de gran belleza. A su muerte, en 1984, su mano derecha, Plutarco, heredó el jardín surrealista y poco después lo transmitió a sus hijos. De las tres parcelas, una está cerrada al público (la que contiene la Casa de los Peristiles y el monumento a Max Ernst); una segunda, que contiene la estructura más reciente y una cascada, puede visitarse todavía hoy, pero a través de una entrada independiente(Los Comales). La tercera parte es la más grande y la más visitada.