MONASTERIO DE HÎRJAUCA

El monasterio de Hîrjauca está situado en medio de un bosque de robles centenarios, en un pequeño río del mismo nombre, con aguas reputadas como curativas. Fundado en 1740, este monasterio está representado en el reverso de los billetes de 10 lei. Se dice que un anciano llamado Teodosie construyó una casa allí que se convirtió en un lugar de oración. Gracias al apoyo de los boyardos Niculiță y Miron Bădica se crearon células monásticas y se construyó una iglesia de madera. Según otra fuente, el monasterio fue fundado en 1750 por un monje de la ciudad de Calaraşi. El monasterio sufrió cierto desarrollo y restauración entre 1818 y 1846 bajo la supervisión del archimandrita Spiridon Filipovici, antiguo soldado de la Armada Imperial Rusa y nativo de Montenegro. La Iglesia de San Spiridon fue construida de 1820 a 1836 pero fue destruida mucho más tarde por un incendio en 1991. La Iglesia de la Ascensión del Señor se remonta a 1848 y su arquitectura clásica recuerda a la Catedral de la Natividad en Chișinău. Sus murales datan de 1922 y son obra de Pavel Piscareov. El monasterio se cerró en 1953 y se convirtió en un sanatorio en 1958. Su administración y el Ministerio de Cultura decidieron en 1981 restaurar sus frescos: Vasile Negruți, Serafim Prodan, Alexandru Ivanov y Ludmila Grigorașenco eliminaron las capas de cal y actualizaron los frescos realizados en 1901-1906 por Blinov, Stoyanov y Lemaic. En 1993, los monjes volvieron a ser capaces de vivir, rezar, trabajar la tierra y criar animales.