PALACIO DEL GRAN DUCADO
No te pierdas su visita si vas al Gran Ducado en verano, el único período en que sus puertas están abiertas.
¡La residencia del Gran Duque Enrique! Situado en el casco antiguo, este edificio fue erigido en el siglo XVI por el maestro de obras de la ciudad, Adam Roberti, en el emplazamiento de una iglesia franciscana. Destruido por una terrible explosión de pólvora en 1554, el palacio, que entonces servía de ayuntamiento, fue reconstruido 20 años después. El ala izquierda, con su fachada arabesca, todavía puede admirarse en su forma original. En 1859, el edificio fue ampliado por la Cámara de Diputados, que se construyó a la derecha del Palacio.
A principios del siglo XIX, se convirtió en un hotel gubernamental y en la residencia del gobernador del rey. No fue hasta 1890 cuando el Gran Duque Adolphe tomó posesión del palacio, que pasó a ser la residencia oficial del soberano del Gran Ducado de Luxemburgo. A mediados de la década de 1990 se llevaron a cabo nuevos trabajos de restauración que le dieron su aspecto actual. Además de su estilo renacentista flamenco, la influencia hispano-morisca de la fachada le atraerá. El solemne cambio de guardia ante el palacio sólo tiene lugar una vez al mes y sólo de junio a septiembre. Durante los meses de julio y agosto, el palacio está abierto a luxemburgueses y turistas, que pueden admirar su interior. El beneficio neto de la venta de entradas se dona íntegramente a la Fundación Gran Duque y Gran Duquesa, que apoya proyectos de ayuda a la infancia y trabaja para combatir todas las formas de exclusión.