Qué ver y hacer Mir

Situado en la entrada de la ciudad, el castillo de Mir se encuentra a orillas del lago, rodeado por un bonito parque. Su elegante y majestuosa silueta domina la aldea de la que está separado por un curso de agua. La construcción del castillo habría comenzado entre 1522 y 1527, cuando Mir pertenecía al príncipe Yuri Ilyinich. En 1568, vuelve a ser propiedad de la familia Radziwill que termina la construcción con un parque a la italiana. El exterior del castillo tiene cuatro torres imponentes de 25 metros de altura. La quinta torre sirve de entrada principal del castillo. Se construyó frente a la antigua carretera que llevaba a Vilnius, la capital del gran ducado de Lituania. La parte superior de las murallas y de las torres será de ladrillo, formulada según un motivo decorativo gótico. Es posible subir a la torre sudoeste, que también es la mejor preservada. En su cumbre se disfruta de unas vistas impresionantes a la aldea y al campo alrededor. En los lados norte y es del castillo se extiende el palacio, de estilo renacentista. Después de la guerra de 1812, el castillo experimenta una larga fase de decadencia, vinculada a la muerte del último príncipe de Mir, Dominique Radziwill. En 1891, el castillo es comprado por el príncipe Nikolaj Svjatopolk-Mirski, que comienza los trabajos de restauración y construye una pequeña capilla y una cavagua familiar. Después de 1939, el castillo está completamente abandonado. Durante la Segunda Guerra Mundial, incluso acoge el gueto de la ciudad. A principios de los años 1980 se iniciaron trabajos de restauración, durarán hasta 2013. El castillo de Mir está declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.