2024

LAGOS AZULES (ГОЛУБЫЕ ОЗЁРА)

Sitio natural para descubrir

Así se llama un grupo de pequeños lagos de una belleza sorprendente, dispersados por una multitud de colinas recubiertas de pinares y abetos, a los pies de los cuales fluye el río Stracha, rápido, impetuoso como un río de montaña. Los lagos Balduk, Glublja, Glubelka y Mertvoe forman uno de los rincones más pintorescos de Belarús. A pie o en bicicleta, punto de partida: el pueblo de Alcheva.

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2024

LAGO NARAČ (НАРОЧЬ НАРОЧЬ)

Sitio natural para descubrir

Para descubrir la belleza de este lago, podrá visitar el pueblo de Passynki, en la costa oriental, entre los lagos Narač y Miastra. Del cenador al lado de un obelisco erigido en memoria de los partidarios muertos durante la Segunda Guerra Mundial se abre un panorama inolvidable en el lago Narač. Con sus 41 km de costa y una superficie de 80 km 2, este lago es el más grande de Belarús. Sus costas son, generalmente, de arena y, por lo tanto, ricas en bonitas playas rodeadas de madera. Aquí puedes bañarte unos 100 días al año, el agua es cristalina y en julio su temperatura es de 19 ° C. En la parte nororiental del lago se encuentra una pequeña isla romántica. El lugar es muy turístico y rico en infraestructuras hoteleras, concentradas especialmente en la ciudad costera de Narač. Cuidado con no confundir esta estación con la aldea de Narač, situada a pocos kilómetros del lago. En las playas se pueden alquilar bicicletas, barcos, catamarananos y todo lo necesario para practicar esquí acuático.

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2024

LAC DE SVIR' (СВИРЬ ОЗЕРО)

Sitio natural para descubrir

Al oeste del lago Narač, el lago de Svir es mucho menos turístico y totalmente desprovisto de instalaciones de acogida. En los alrededores sólo encontrarás bosques, pueblecitos y campaña hasta la infinidad de vistas. El paisaje aquí es encantador e incluso poético. El pequeño pueblo de Svir está dominado por la iglesia de San Nicolás. Gracias a dos cúpulas, puedes distinguir una pequeña iglesia de madera no muy lejos. La iglesia de la Trinidad de Zasvir, construida por monjes carmelilitanos en 1714, merece la pena.

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