Los mejores alojamientos Madirokely

Este es uno de nuestros hoteles recomendados, que  ha sido reformado en 2019 por dos maestros de escuela que aman compartir, la buena comida y la decoración. Todo deslumbrantemente nuevo, esta institución ha conservado sin embargo su alma y sigue siendo un lugar sencillo, pero bien cuidado, relativamente espacioso, agradable a la vista... ¡y justo en la playa! El lema de la casa: «Mejor que el wifi para estar conectado con los amigos: el aperitivo». Y es cierto que el lugar es agradable, con un bar frecuentado por asiduos, que animan a brindar, darse un festín, picar un pequeño plato local, participar en veladas o comidas temáticas, y cambiar el mundo entre viajeros y lugareños...

Arriba: cinco encantadoras habitaciones dobles con baños totalmente nuevos, incluida una habitación con vistas al mar que puede alojar hasta tres personas. Encantadora acogida.

Esta urbanización arbolada alberga una colección de 4 villas de lujo, cada una con piscina privada, 3 dormitorios con aire acondicionado y ventilación y 3 cuartos de baño, y zonas comunes interiores y exteriores decoradas con gusto en un estilo chic costero. Es precioso, y tanto más agradable cuanto que puede disfrutar de la intimidad de su propia villa al tiempo que aprovecha los servicios del Beach Klub contiguo y las excursiones en barco que se ofrecen. Para los que tengan un presupuesto más ajustado, una villa de alquiler algo más sencillo. Servicio diario de limpieza.

Al principio de la playa de Madirokely, en el lado de Ambatoloaka, cerca de los restaurantes, tiendas y centro de actividades, Le Transat es un nuevo establecimiento con encanto compuesto por cinco bungalós frente al mar: 3 dobles (uno de ellos más grande que el resto, con aire acondicionado) y 2 familiares para de 4 a 6 personas con una cama doble en la planta baja y dos camas dobles en la primera planta. Todos ellos disponen de cuarto de baño propio, terraza amueblada, y se distinguen por una decoración cálida y creativa realizada con materiales locales, bonitos muebles de madera y artesanía local. En el extremo del jardín, también en la playa, una espaciosa y encantadora villa es el escenario de estancias muy confortables con su salón y sus agradables zonas de estar, y sus tres habitaciones dobles con baño. Sissia está siempre cerca si necesita consejo o reservar restaurantes y actividades. El establecimiento es propiedad del mismísimo maestro chocolatero François Pralus, gran amante de Madagascar y, en particular, de Nosy Be, donde tiene su propia plantación de cacao. También se puede decir que aquí no se escatima en calidad, ya sea la de la acogida o la de los productos servidos en el desayuno. Pequeño chiringuito en el lugar.