BARTON SPRINGS SWIMMING POOL

Barton Springs es una visita obligada por varias razones. En primer lugar, no todos los días se tiene acceso a un abrevadero natural tan grande, limpio y hermoso en medio de una ciudad urbana. El agua es del más brillante azul turquesa, con un agradable frescor y unas orillas rocosas igualmente hermosas. La propia piscina se alimenta de manantiales subterráneos con una temperatura media de 20-21 grados, ideal para nadar todo el año. Segundo, todos los vecinos de Austin van allí todos los días, y es una buena oportunidad para participar en la vida local. Tercero, es barato (sobre todo si se va en temporada baja, cuando la entrada es gratuita) y muy relajante. Ten en cuenta que en el espacio cerrado (rodeado por una valla) no está permitido llevar bebidas ni comida (excepto agua) por la necesidad de mantener limpio el lugar. Dicho esto, siempre puedes hacer un picnic allí, con entrada gratuita, simplemente sentándote en la zona no cerrada de enfrente. Por cierto, a menudo verás a jóvenes estudiantes haciendo barbacoas y bebiendo cervezas, acompañados de música y buen humor. Es un poco menos deportivo y serio, pero para quienes quieran pasar la tarde burbujeando al sol con acceso a un abrevadero donde remojarse, es realmente ideal. Barton Springs sigue atrayendo a un público diverso y variado, con cifras récord de visitantes que se acercan a los 800.000 en los últimos años. Un consejo: ¡evite los fines de semana!

Y para añadir algo de contexto histórico, los exploradores españoles descubrieron por primera vez los manantiales en el siglo ^XVII , y hacia 1730 erigieron misiones en el lugar (más tarde se trasladaron a San Antonio). En 1837, poco después de la incorporación de la ciudad de Austin, William ("tío Billy") Barton, el homónimo de los manantiales, se estableció en la zona. Aún más fascinante es el hecho de que los manantiales fueran considerados sagrados y utilizados para rituales de purificación por la tribu de nativos americanos tonkawa.

Una curiosidad: Barton Springs es el hogar de la salamandra de Barton Springs, una especie que no existe en ningún otro lugar. Por desgracia, está en peligro de extinción y Barton Springs debe seguir siendo un entorno protegido para proteger a la especie.