AMAZOONICO
Una reserva de 200 hectáreas de bosque primigenio, hogar de animales maltratados o víctimas del tráfico
Aquí, la gente vive en armonía con la naturaleza y los animales Este refugio para animales maltratados o traficados, un verdadero centro de rehabilitación, fue creado por iniciativa de dos mujeres suizas; una de ellas, Angelika, gestiona la operación in situ con su marido, Remigio, originario de la región. Con la ayuda de un puñado de voluntarios, principalmente estudiantes de todas las nacionalidades, acogen a animales cazados, cazadores furtivos, maltratados o abandonados, y los rehabilitan en su entorno natural. Trabajan en colaboración con el vivero de Quito, que ocasionalmente les envía animales. La reserva abarca 200 hectáreas de selva virgen. A la entrada del refugio nos reciben perros, monos (araña, ardilla, sapajú y tamarinos lanudos), tucanes y osos narigudos, todos perfectamente domesticados. Los animales más peligrosos, como los ocelotes, están encerrados en grandes jaulas, mientras que otros, como los coatíes y los monos (entre otros), vagan libremente por la selva circundante. Hay una cascada de agua dulce donde se puede nadar, así como una pequeña playa de arena para los que se sientan tentados por un baño en el Napo. Una cálida bienvenida y un viaje a medida. Cerca de Amazoonico, una familia indígena le dará la bienvenida y le ofrecerá alojamiento si está interesado en una aventura amazónica. Y si quieres ser voluntario, toda la información está disponible en el sitio web de la fundación.