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La ciudad fue en su día un centro turístico colonial para las élites camboyanas y francesas, pero se abandonó durante el periodo de los jemeres rojos. Hoy, Kep ha resurgido de sus cenizas y ofrece muchos encantos por descubrir. Los visitantes pueden comenzar su exploración con un paseo por el centro de la ciudad, donde admirar las antiguas villas coloniales abandonadas y el mercado de cangrejos. La playa de Kep, aunque no es la más bella de Asia, ofrece sol todo el día y la vegetación circundante proporciona sombra. Los amantes de la naturaleza pueden alquilar una scooter para explorar los alrededores, donde descubrirán cuevas, piscinas naturales, arrozales y aldeas. También se recomienda visitar una granja de pimienta de Kampot, así como degustar cangrejo azul con pimienta de Kampot en el mercado del cangrejo. Kep se puede visitar todo el año, pero es mejor evitar la época de lluvias para evitar los mosquitos. Para llegar, se puede tomar un autobús desde Ha Tien, en Vietnam, o desde Phnom Penh. En cuanto al alojamiento, en la región hay numerosas pensiones y hoteles para todos los bolsillos.