Qué ver y hacer Dornoch

Fechada en el siglo XIII, esta catedral fue seriamente dañada en 1570 y fue finalmente restaurada en 1835 a instancias de la Condesa de Sutherland. Hoy en día, lo más llamativo son las numerosas gárgolas y la torre cuadrada, a la que se puede subir en verano. La leyenda dice que las gárgolas eran espíritus malignos que fueron expulsados de la catedral por el sonido de las campanas y se convirtieron en piedras. Las vidrieras del lado norte del coro también son muy interesantes: representan la música, la paz y la alfabetización.

Es difícil no sucumbir al encanto de esta destilería tan familiar. Su descubrimiento durante una visita guiada le invita a descubrir los secretos de la elaboración de este mundialmente famoso whisky. Los alambiques son ciertamente lo que más impresiona, tanto por su tamaño como por su belleza. La visita, incluso la más simple, termina con una degustación comentada en el área reservada. Los alrededores inmediatos del sitio, con la impresionante vista del Dornoch Firth, una zona protegida para la observación de aves, son también una ventaja innegable de la visita.

Este museo traza la vida de Durnoch y, a través de este prisma local, sumerge al visitante en la historia de Escocia. Se repasan los episodios de las Clearances, el crofting, pero también el aeródromo de la ciudad, utilizado en los años 30 y aún pisado por aviones ligeros y ultraligeros, las medidas antiinvasivas adoptadas para evitar los aterrizajes alemanes, la presencia del Cuerpo Forestal Canadiense durante la Segunda Guerra Mundial... Entre otras curiosidades, se puede ver un tesoro vikingo y una botella de whisky de 1840.