MUSEO DE EDIMBURGO
Esta colorida casa de la Royal Mile es inconfundible con su fachada roja y ocre. Una visita a la capital de Escocia sólo adquiere más significado una vez que se abren las puertas. El pasado de Edimburgo se revela aquí desde la prehistoria hasta la actualidad, a través de maquetas, descripciones, maniquíes y objetos de antaño. Descubrimos la capital en todas sus facetas: una ciudad de arte, cultura e ideas, poder, comercio, contrastes, pompa, historia e historias. Podemos entender las horas oscuras de la ciudad, entre la política, la religión, la guerra y los problemas de alcohol; pero también su orgullo: su prosperidad, su arquitectura y sus grandes figuras. Los amantes de la historia y de los objetos raros también apreciarán las reliquias medievales, las numerosas porcelanas, la orfebrería bellamente cincelada -incluyendo piezas específicamente escocesas como un quaich o tazas de cardo-, la cerámica con su taller reconstruido, o el manifiesto original de los Covenantaires. Se detallan todos los distritos, desde Old Town, donde Canongate formaba un pueblo independiente, hasta New Town, donde se pueden ver los planos originales del arquitecto James Craig. Una sección importante está dedicada al puerto de Leith, verdadera autopista de las colonias y de Oriente. El "coup de coeur" de Petit Futé va al gabinete de curiosidades, un recordatorio de que las devociones de los fans no son sólo para las estrellas del pop. Entre otras cosas, descubrimos un trozo de torta de avena cocinada por la esposa de Robert Burns, una pelota de golf que perteneció a Robert Louis Stevenson...