CASTILLO CARDIFF
Los orígenes de este tesoro arquitectónico se remontan a un fuerte romano construido hace más de 2.000 años. Los romanos construyeron fortificaciones para establecer Cardiff como base naval y puesto comercial. En el siglo XI, los normandos utilizaron las murallas romanas como cimientos para construir su propia fortaleza. Y finalmente, tras varios cambios de propiedad, el castillo de Cardiff pasó a ser propiedad de la familia más conocida de Gales, los Bute, en el siglo XVIII. A finales del siglo XIX, el tercer marqués de Bute, con fama de ser el hombre más rico de Europa en aquella época, reinventó el castillo de Cardiff con la ayuda del arquitecto William Burges (1827-1881). La combinación de estos dos hombres, un joven políglota apasionado por las ciencias naturales y un extravagante arquitecto enamorado de la Edad Media, dio lugar a la creación de un castillo que destaca entre todos los demás de la zona. El estilo está lleno de rasgos medievales, con abundancia de dorados, frambuesa y azul pato, mezcla de géneros e inscripciones en griego, hebreo y latín. La guardería, cuyas paredes de azulejos ilustran treinta cuentos infantiles, de Robin Hood a la Bella Durmiente, es una maravilla. Cada habitación tiene un estilo diferente; desde el patio, copia pálida de Pompeya, hasta el salón de invierno, hay una constante: la repetición de imágenes y pinturas de loros, el animal favorito de Burges. Puede descubrir todas estas maravillas en una visita guiada, que le recomendamos encarecidamente.
Les banquets médiévaux sont très sympas (si vous parlez anglais) et les événements annuels tels que Joust sont à voir si vous avez la possibilité.
Il y a aussi un musée au sous sol de l'accueil/boutique