Guía de viaje Jerome Phœnix

Fundada en 1879, la ciudad lleva el nombre de un abogado neoyorquino que era nada menos que el primo de Winston Churchill. Tras construirse en un lugar ya conocido por los nativos americanos por su cobre, las minas cerraron en 1953 y Jerome se vació de sus habitantes. En la década de 1960, empezó a atraer a artistas de todo Estados Unidos, y luego a otros curiosos después de que se convirtiera en monumento histórico nacional en 1976. Como tal, es difícil llamarlo un pueblo fantasma, pero definitivamente vale la pena visitarlo. No obstante, Jerome es un pueblecito muy bonito aferrado a la ladera de la montaña, en el que el antiguo encanto de las casas de madera o ladrillo -algunas de ellas sobre pilotes- funciona de forma innegable. Un lugar ideal para ver la puesta de sol... Sobre todo porque al caer la noche el lugar adquiere un cierto je ne sais quoi de otro mundo, especialmente cuando te alejas del centro y de sus tiendas.