LA TIERRA
Esta pequeña aldea colorida en el corazón del barrio de las Aguas Vivas merece la pena por sus casas cuyo estilo arquitectónico es único en Ginebra. Antiguamente albergaba a los obreros llamados terradones o terreros que trabajaban en las tullerías y cerámicas agrupadas. En el siglo XIX, el barrio de Terrassière era un siervo que prolongaba el eje de las calles Basses y del que se quería hacer una arteria mayor de las Aguas Vivas. Sus callejuelas no carecen de encanto, el callejón de los Templarios es de las más pintorescas, la de la Casa Roja merece una aventura para admirar la casa de los ladrillos rojos construidos en el siglo XIX. Un poco más lejos, en el callejón de la Vinaigrerie, se echa un vistazo al pequeño patio de estilo isabel. Por último, nos detendremos para contemplar las fachadas de las casas salmontadas en los números 20 y 22, de la calle de la Terrassière.