BAÑOS DEL PALACIO
Aquí es donde late el corazón de Ginebra, en el puerto, todo el año, entre baños, conciertos, carreras y fondues.
Si quiere alejarse de los tópicos que se atribuyen fácilmente a Ginebra, haga una parada en las Termas Es una institución, la antítesis misma de la Ginebra reducida a bancos y coches de lujo y chocolate. Desde los primeros baños de madera de finales del siglo XIX, las termas de Pâquis han conservado un lado "especial", humano. Para los ginebrinos, los baños de Pâquis son una visita obligada. La dinámica asociación que los gestiona ofrece un sinfín de actividades durante todo el año. Se puede nadar en el lago, comer, degustar una fondue, escuchar un concierto, practicar yoga, visitar una exposición, participar en un taller de escritura, ver una película, nadar bajo la luna llena en invierno, jugar -se organizan torneos con regularidad-, tomar una clase de tai chi, darse un masaje o visitar una de las dos saunas y hammams (toallas obligatorias). Los martes, el hammam está reservado a las mujeres. Un solárium al aire libre, accesible durante todo el invierno cuando hace buen tiempo, completa la oferta. Un equipo de masajistas y masajistas profesionales está a su disposición todos los días de 10:00 a 20:00, con cita previa, durante todo el año: masajes de relajación, masajes musculares, reflexología, drenaje linfático y shiatsu... las instalaciones son un éxito rotundo. Un restaurante (en la terraza en verano y en una cabaña climatizada en invierno) completa este espacio dedicado a la relajación y el bienestar. Les Bains des Pâquis goza de un ambiente muy especial, con una hermosa vista sobre el puerto y el Jet d'Eau.
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
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Opiniones de los miembros sobre BAÑOS DEL PALACIO
Las calificaciones y reseñas a continuación reflejan las opiniones subjetivas de los miembros y no la opinión de The Little Witty.
Une belle vue sur le lac et son jet d'eau.
Un tarif modéré pour Genève.
Fréquentation importante tant de locaux que de touristes.
Également un super petit resto sur place !
Une adresse populaire à Genève où tous se retrouvent.
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Un seul point noir, l'entrée est payante. Certes pour entretenir et surveiller la baignade, cela peux se comprendre, mais payer 2 FCH pour aller boire un coup ou manger ? Il serais bien que les bars et restaurants prévoient le remboursement de cette entrée, la clientèle serait incitée à plus consommée et les clients plus nombreux.