LE MONT BLANC
Realmente no hay nada pretencioso en este agradable restaurante. Destacan, entre otras cosas, especialidades españolas, empezando por el pequeño plato de jamón crudo ofrecido por el chef cuando llegamos. La base de pulpo de la gallega es una pura maravilla. Si te gustan los platos especiados, hay que aceptar que nos cuelgan más con un pimiento que da aún más carácter a este plato fuerte, pero muy sabroso. Para los amantes de la carne hay ternera en forma de filete, entrecuda o costilla (350 g) que se parece mucho a un bistec. Puedes elegir entre diferentes salsas: morillas, pimienta, café de París o mexicana. Esta última es un poco decepcionante. En verano se proponen varias ensaladas a precio muy razonable. La agradable terraza, la cálida bienvenida y el Rioja servido fresco permiten pasar un buen momento en el Mont Blanc.