Restaurante de cocina tradicional mejorada, entre gastro y bistró, cerca de la antigua puerta de entrada a la ciudad fortificada.
Es una buena dirección, a dos pasos de la antigua puerta de la ciudad amurallada, de ahí su nombre. Es un restaurante sencillo, con capacidad para treinta comensales, en el que las mesas están vestidas con manteles blancos y marrones. Su joven propietario, Kevin Deriu, ofrece una cocina tradicional mejorada, entre gastro y bistró. La variedad y los productos frescos de temporada están a la orden del día, con una carta que cambia al menos una vez al mes y que se complementa con una excelente carta de vinos. Cinco entrantes, cinco platos principales y cinco postres: ¡este es el paradigma de la cocina exigente y excelente!