PLAZA DEL REGISTÁN
Cómo llegar y contactar
Antiguamente, el Registán era el corazón de Samarcanda, y una multitud compacta y colorida bullía en torno a los numerosos puestos instalados en las madrasas. La infatigable viajera suiza Ella Maillart tuvo la suerte de alojarse en una de las celdas de Tilla Kari cuando la visitó en 1932. En cuanto a la madrasa de Sher Dor, se utilizaba como lugar de detención para los basmachí
—musulmanes que se oponían al dominio soviético— a la espera de ser ejecutados. Aquí, como en los alrededores de Gur-e Amir, las casas han sido demolidas para dejar sitio. Las tres inmensas y soberbias madrasas, Ulugh Beg, Sher Dor y Tilla Kari, bordean una gran explanada. En el cuarto lado, las gradas acogen a los visitantes durante los espectáculos de luz y sonido.
En el siglo XIV, las seis arterias principales que partían de las puertas de la ciudad se cruzaban aquí, en una vasta plaza de arena para absorber la sangre derramada durante las ejecuciones públicas. Tamerlán quería facilitar el comercio y animar a los mercaderes, que pagaban fuertes impuestos, a venir a Samarcanda. Hizo construir una calle repleta de tiendas, que cruzaba la ciudad de punta a punta, y un inmenso bazar. Continuando su obra, su esposa, Tuman Aka, levantó el tim, un gran mercado cubierto con cúpulas. Bajo el reinado de Ulugh Beg, a principios del siglo XV, el Registán se convirtió en la plaza oficial de Samarcanda. Su nuevo estatus fue acompañado de grandes obras, como la demolición del mercado abovedado y la construcción de una madrasa, una khanqah, un caravasar y una mezquita. Lugar estratégico, a finales del siglo XV, cuando los enemigos cercaban Samarcanda, Babur, el último de los timúridas, había instalado su cuartel general en lo alto de la madrasa de Ulugh Beg.
Al oeste, la madrasa de Ulugh Beg es la más antigua de las tres. Erigida entre 1417 y 1420, se reconoce por su minarete norte ligeramente inclinado. A los guías les gusta contar la historia de cómo, durante la restauración, los rusos intentaron sin éxito girar el minarete sobre su base para que se mantuviera recto de nuevo. El portal está magníficamente decorado con mayólicas, espirales y motivos de estrellas de cinco o diez puntas…, el ojo se pierde en esta hechizante geometría espacial (girikh). En el interior, unas cincuenta celdas repartidas en dos niveles forman un patio cuadrado. La madrasa era la mayor universidad de Asia Central. Más de cien alumnos estudiaban el Corán, astronomía, matemáticas, filosofía y literatura. Kazy-Zade-Rumi, llamado «el Platón de su tiempo», enseñaba allí astronomía. Ulugh Beg, un gobernador ilustrado que era al mismo tiempo matemático, astrónomo, poeta y político, venía a debatir con los estudiantes. Esta apertura de miras le llevó a la muerte cuando su propio hijo, aliado con clérigos fanáticos, lo mandó asesinar en 1449.
En el siglo XVIII, Samarcanda parece haberse dormido. El mercado, que había reabierto sus puertas, se había injertado en los edificios e inundaba de desechos la plaza del Registán. Llevada por el viento, la arena se deslizó hasta allí y ¡el nivel del suelo subió más de dos metros! En 1873, Eugène Schuyler señaló el estado ruinoso de la madrasa, a la que solo le quedaba una planta.
Al este, la madrasa de Sher Dor no se construyó hasta dos siglos más tarde. A principios del siglo XVII, Yalangtush Bakhadur, visir y gobernador de Samarcanda, destruyó lo que quedaba del caravasar y de la khanqah y, entre 1619 y 1635, mandó construir una madrasa a imagen y semejanza de la primera. Sus tigres león de color fuego hacen juego con la bóveda estrellada de la madrasa de Ulugh Beg: el poder del sol contra la infinitud del espacio. Cuenta la leyenda que el arquitecto pereció por infringir las leyes islámicas que prohíben el arte figurativo.
El animal dio nombre a la madrasa: Sher Dor significa «que lleva al león». Construida sobre los cimientos de la antigua khanqah, es ligeramente más baja. A ambos lados del portal, dos cúpulas con bulbos estriados coronan las salas de estudio. Numerosas inscripciones adornan el portal y los tambores de las cúpulas: «Tú eres el gran guerrero, Yalangtush Bakhadur, si sumamos los números de tu nombre, obtenemos la fecha de la fundación». Y también: «Erigió una madrasa tal que a través de él la tierra se elevó hasta el cenit del cielo», o también: «Nunca en el transcurso de los siglos el hábil acróbata del pensamiento, por la cuerda de la fantasía, alcanzará las alturas prohibidas de los minaretes».
Frente a las terrazas, la madrasa de Tilla Kari cierra el lado norte. Se construyó en el emplazamiento del caravasar erigido bajo los timúridas, cuyos cimientos se han conservado. Las obras duraron de 1646 a 1659. A la izquierda, la cúpula azul de la mezquita distingue la madrasa de sus dos vecinas. Tilla Kari significa «cubierta de oro». Basta admirar las impresionantes decoraciones del interior de la cúpula para darse cuenta de que este apodo está totalmente justificado. Las paredes, la cúpula y el mihrab están decorados con motivos florales rojos y dorados sobre un fondo azul ultramar. La cúpula es impresionante, con círculos concéntricos de pan de oro sobre un fondo azul noche que atraen la mirada hacia el infinito. Yalangtush quería dotar a Samarcanda de una mezquita del viernes digna de su estatus, pues la mezquita de Bibi Khanum ya estaba en ruinas. De las tres madrasas, esta es la única con celdas orientadas hacia el exterior. Se ha reservado un espacio para exponer fotografías tomadas antes y durante las obras de restauración.
¿Lo sabías? Esta reseña ha sido escrita por nuestros autores profesionales.
Opiniones de los miembros sobre PLAZA DEL REGISTÁN
Las calificaciones y reseñas a continuación reflejan las opiniones subjetivas de los miembros y no la opinión de The Little Witty.
dommage que le billet d'entrée n'est pas valable pour le soir si on souhaite y rerentrer pour refaire des photos de nuits .... à faire aussi en journée bien que les échoppes des differents commerçants gâchent un peu la splendeur architecturale des monuments ....
COUPOLES , MOSAÏQUES, TOUT EST BLEU…
ET LE SOIR SON ET LUMIÈRES