LA DAME DE MALI

Esculpida por la naturaleza en el escarpado acantilado del monte Loura, esta hermosa dama es famosa en toda Guinea. Desde las afueras del pueblo de Dongol Loura, ofrece su perfil a los visitantes. Su rostro y su busto destacan muy claramente en la parte superior de la montaña, mientras que la parte inferior de su cuerpo parece estar envuelta en un enorme taparrabos rocoso. Como una madre que vigila a su prole, parece mirar a toda Guinea y a sus hijos desde estas alturas, a menos que esté contemplando en silencio las llanuras y montañas circundantes a causa de una maldición. Esto es lo que sugiere el mito de la Dama, contado por Sadio Souaré, ciudadano de Malí (la ciudad) y guía turístico en su tiempo libre: "En un pueblo vivía una muchacha de rara y cautivadora belleza. En su mejor momento, iba a casarse. Se presentaron muchos candidatos. Entre ellos, sólo aceptó a un joven morabito de gran reputación. Se casaron y prometieron ser fieles de por vida. Pero otro joven con un encanto devastador utilizó su poder de seducción para confundir a la joven. Ella dudó y le pidió unos días de reflexión. Pero después de varias noches de tortura de su alma, se dijo a sí misma: "Si la fidelidad durara para siempre, entonces el agua nunca habría traicionado al pez al que había dado vida" (pues el pez se hierve en el agua). Así que decidió ceder a los avances del joven.

El jueves por la noche, le preparó un delicioso plato y le preguntó a su marido si podía llevárselo a sus padres. Su marido no se dejó engañar y se negó rotundamente. Desesperada, abandonó el hogar conyugal a altas horas de la noche por la oscuridad. Cuando el morabito se despertó, se dio cuenta de que su mujer estaba ausente y fue solo a buscar agua para sus abluciones. Furioso, antes de ir a la mezquita, consultó uno de sus libros coránicos más dañinos, escrito con sangre de camaleón. Luego imploró a Dios que castigara a su esposa por su traición en un viernes santo. El morabito pidió al Todopoderoso que el mundo pudiera ver a esta pecadora desnuda en su desgracia. Su oración fue atendida y su esposa se transformó en la Dama de Malí, destinada a contemplar con desolación las llanuras circundantes hasta el fin de los tiempos

Tras la desgracia de su marido, la Dama ha sido desde entonces el deleite de los ciudadanos y visitantes de la región.