LA CAÍDA DE LABBHI

Esta cascada de treinta metros de altura forma parte, en realidad, de un grupo de varias cascadas que se suceden a lo largo de unos cientos de metros en el mismo curso de agua, en un entorno todavía relativamente virgen. A sus pies, rodeado de un alto acantilado al que se aferran algunos árboles temerarios, le espera un profundo estanque de agua clara y ligeramente fresca Una pequeña playa sombreada en la orilla izquierda permite descansar y posiblemente acampar, para aquellos equipados. Se puede acceder a este sitio desde Sebhory después de uno o dos días de caminata, dependiendo de la forma física de cada persona (también es posible hacer una caminata de varios días uniendo varios sitios en los alrededores y atravesando pueblos aislados). También es posible acercarse al lugar en vehículo. A continuación, hay una caminata de dos horas hasta la orilla del río (margen derecha) para llegar al pie de la cascada y a la piscina. Cuidado, el descenso es complicado y requiere una buena condición física y un buen calzado Sólo se puede hacer en la estación seca. En los alrededores, no es raro ver, o al menos ver y oír, monos (colobos, chimpancés, vervets...). Desde la cascada, el pueblo de Aïnguel se encuentra a pocos kilómetros a través del monte y los campos (una hora de camino). Los habitantes de este pueblo se han especializado en el cultivo de árboles frutales (limoneros, naranjos...) y piñas (¡suculentas!). ¡Un edén verde!