Qué ver y hacer Opole

Situada al norte de la Rynek, ha sido modificada a lo largo de los años, perdiendo su estilo gótico y convirtiéndose en una elegante mezcla de estilos de época, que se ve bien realzada por su reciente renovación con campanarios gemelos que se elevan sobre la ciudad. Es un monumento muy querido por los habitantes de la ciudad, que lo asocian estrechamente a su historia, y un lugar de fe y de discreta peregrinación para su virgen. El lugar de enterramiento del último de los Opols, Juan II el Bueno

Situado en el centro de la Rynek, este edificio construido en la década de 1860 es una sorprendente réplica centroeuropea del Palazzo Vecchio de Florencia. El conjunto está bastante logrado, aunque le falte algo de la gracia de su inspiración. Sin duda, merece la pena echarle un vistazo, ya que el paso de los años y la Segunda Guerra Mundial lo han salvado. La catástrofe del 15 de julio de 1934, cuando se derrumbó la torre del ayuntamiento, ha sido reparada después de intensos trabajos (resultó que los cimientos estaban afectados).

Situada al sur de la Rynek, esta iglesia data de la primera mitad del siglo XIV, pero ha sido modificada varias veces e incluso fue un templo evangélico. La hermosa capilla gótica de Santa Ana alberga el mausoleo de la familia Piast de Opole, cuyo árbol genealógico está pintado en la pared, que gobernó la capital ducal y su principado desde el siglo XII hasta mediados del XVI. De esta familia gobernante, 14 príncipes y duquesas de estas tierras encontraron aquí el descanso eterno.

La torre de 43 m de altura es la única parte que se conserva del castillo de Piast. En el siglo XX, las autoridades del distrito de Opole consideraron que el castillo era poco útil y caro de mantener y decidieron demolerlo. Gracias a la fuerte oposición de la burguesía polaca de Opole y de los activistas de la Unión de Polacos en Alemania, sólo se pudo salvar la torre del castillo, que hoy está rodeada de edificios ordinarios, pero que desde su cima ofrece una vista de pájaro de la ciudad.