Qué ver y hacer Lublin

Cuando se creó en octubre de 1941, Majdanek era un campo de trabajo, controlado por las SS, en el que prisioneros de guerra polacos y rusos y judíos trabajaban en fábricas de armamento. A partir de abril de 1942 se convirtió en un campo de exterminio. Desde 1942 hasta julio de 1943, cuando el Ejército Rojo liberó el campo, más de 350.000 personas fueron asesinadas aquí, entre ellas 100.000 judíos. Hoy en día, este siniestro lugar alberga un impresionante campo reconstruido. La entrada es gratuita, pero no se permite la entrada a menores de 14 años.

Este sólido edificio medieval de estilo gótico es un precioso testimonio de las murallas que rodeaban la ciudad en el siglo XIV. A lo largo de los siglos se ha conservado: el reloj data del siglo XVI y el techo barroco del siglo XVIII. En su torre se encuentra el Museo Histórico de Lublin (Muzeum Istorii Miasta Lublina), que expone a los visitantes una colección de grabados y fotografías que recorren la historia de la ciudad. Desde lo alto de la puerta se puede disfrutar de una interesante vista del casco antiguo, del que este punto marca la entrada principal.

Este museo al aire libre es una colección de casas antiguas conservadas, la mayoría de las cuales datan del siglo XVII. A lo largo de los años, se han ido añadiendo auténticos edificios reconstruidos, convirtiendo la aldea en un pueblo tradicional muy exitoso y con mucho ambiente. En primavera y verano, Skansen acoge festivales folclóricos y recreaciones de la vida rural de antaño que bien merecen una visita. Te lo recomendamos.

El Rynek, centro histórico de Lublin, muestra las huellas del paso del tiempo, pero también los efectos del genio humano en la restauración de su patrimonio. No es difícil encontrar el Lublin de antaño en las fachadas agrietadas y las decoraciones descoloridas de sus magníficos edificios. Sobre todo porque el centro apenas se vio afectado por los estragos de la guerra. A pesar del mal estado de conservación, el encanto del Rynek es ya embriagador. Alrededor hay casas hermosas y ricamente decoradas. En el número 12, la fachada y las ventanas de la casa de la familia Konopnic (1512) están decoradas con esculturas en forma de máscaras, cabezas de dragón y cuerpos masculinos y femeninos. La casa Klonowicz del número 2 fue habitada en el siglo XVI por el alcalde poeta de Lublin, que le dio su nombre. En el siglo XVIII fue remodelado en estilo neoclásico. La plaza central está dominada por la Corte Real, cuyas dimensiones son desproporcionadas con respecto a las de la plaza. Antes era el ayuntamiento (1578).

Hoy en día es el punto de partida de una visita al metro de Lublin (Lubelskie Podzemia, de mayo a octubre visitas de martes a viernes a las 10-12-14-16h, fines de semana de 12 a 17h cada hora, lunes a las 10h y 14h, 10 zl). El recorrido dura unos 45 minutos y la temperatura oscila entre los 7 y los 12°C. El recorrido subterráneo tiene unos 300 metros de longitud y consta de pasillos y 14 salas en las que se guardaban los bienes en el siglo XVI.

El edificio toma su forma atípica de su origen como una sencilla (aunque bastante masiva) iglesia jesuita construida en un esfuerzo por convertir el Oriente ortodoxo en la época del movimiento de la Contrarreforma católica que lideraban los jesuitas. Mientras que la fachada exterior es austera, la decoración interior es magnífica, especialmente las pinturas de las paredes y las bóvedas, realizadas en la segunda mitad del siglo XVIII por Josef Mayer tras un incendio. La riqueza de las decoraciones atestigua la opulencia del obispado y de la ciudad en aquella época.

El museo se encuentra en la antigua prisión de la Gestapo, la "casa bajo el reloj". La exposición está dedicada al martirio de los polacos durante la Segunda Guerra Mundial. Es una exposición pequeña, financiada en parte por la Unión Europea. El edificio fue escenario de las torturas más crueles. Las ventanas de las celdas estaban atrincheradas y cubiertas de tierra y, a pesar de los gruesos muros, los gritos de los torturados llegaban hasta las celdas. Se calcula que doscientas personas fueron asesinadas en los dos años que estuvo en funcionamiento.