BASÍLICA DE NOTRE-DAME
No te puedes perder este símbolo de la ciudad, entronizado en la Rynek. No te pierdas la suntuosa carpintería del techo.
También conocida como Basílica de Santa María, es uno de los símbolos de la ciudad. Reconstruida en su forma actual en 1355 tras su destrucción por los tártaros, su bella fachada exterior esconde un interior fascinante que perdurará en la memoria de los visitantes.
Su fachada, con sus dos torres desiguales (la de la izquierda mide 81 m de altura y domina la de la derecha, que sólo mide 69 m), ha dado lugar a la leyenda de que los arquitectos eran dos hermanos que se hicieron rivales en la obra y que un fratricidio puso fin a los trabajos. La capilla de Saint-Antoine, situada a los pies de la torre más alta, también es conocida como "la chapelle des Malfaiteurs": el lugar donde los criminales pasaban su última noche con los confesores antes de su ejecución. La más alta de las torres siempre ha servido de atalaya de la ciudad. Su capitel está coronado por una corona de 350 kg y una bola de oro que, según se dice, contiene la historia de la ciudad.
El famoso Hejnał suena cada hora desde los bemoles de la torre. Esta melodía de trompeta, interpretada por un excelente equipo de vigías y músicos jubilados que se turnan en el lugar, siempre se detiene bruscamente en mitad de su melodía, en el punto donde, según la leyenda, los tártaros que habían irrumpido en la ciudad dispararon con una flecha al vigía que había intentado avisar a sus compatriotas. Previo acuerdo, se puede visitar al trompetero y ver las campanas de la torre.
Elinterior de la iglesia está ricamente decorado con una carpintería única (¡qué techo más soberbio!) embellecida en 1753-1754 y de nuevo en 1889-1891, sobre todo por el pintor Jan Matejko. Su pieza central es el altar mayor, un gigantesco pentáptico con tallas de madera de tilo pintadas y doradas, obra del escultor Veit Stoss, creado entre 1477 y 1489. Con casi 16 metros de alto y 11 de ancho, este impresionante retablo está adornado con unas 200 tallas de madera, con esculturas de hasta 3 metros de altura y de un realismo sobrecogedor. El retablo fue desmontado y escondido en Sandomierz en 1939, pero fue encontrado por los nazis, que lo transportaron al castillo de Núremberg, donde sufrió una gran destrucción. Sólo volvió a su posición original en el coro de la iglesia en 1957. En los últimos años, con la ayuda de la Unión Europea, se ha llevado a cabo un gigantesco y profundo proyecto de renovación, y las obras que acaban de concluir han devuelto al retablo todo su esplendor. No se pierda el impresionante vídeo que describe las obras.