Guía de viaje Bergen

Apodada la Roma del Norte por las 7 colinas que la rodean, Bergen, con casi 265.850 habitantes, está enclavada en una cuenca donde llueve a menudo. Muy a menudo. Casi siempre. El aire marino, cargado de la humedad de la Corriente del Golfo, calienta el mar y choca contra las montañas, provocando inevitablemente lluvias que caen regularmente sobre la ciudad. Pero Bergen, bajo el diluvio, bajo la llovizna o simplemente bajo un cielo cargado, es encantadora.Fundada por Olav Kyrre en 1070, Bergen ya era una ciudad importante en el siglo XIII, cuando los reyes abandonaron Trondheim como capital en su favor. Håkon V Magnusson fue coronado rey aquí en 1299, y se emprendieron grandes obras, entre ellas la construcción del famoso Salón Håkon.A partir de 1360, bajo el reinado de Eirik Magnusson, se concedió a los comerciantes alemanes de la Liga Hanseática una carta que les otorgaba el derecho a comerciar aquí en igualdad de condiciones con los noruegos.Llegaba bacalao seco de las islas Lofoten, en el norte, y trigo del sur. Una vez cerrado el trato, los barcos se cargaban y zarpaban de vuelta a Europa. Con el tiempo, los Hanse se convirtieron en los verdaderos amos de la zona. Bergen, la ciudad más grande de Escandinavia en aquella época, era uno de sus puestos comerciales más importantes. En el Museo Bryggen puede verse una reproducción exacta de la casa de un rico comerciante hanseático. El monopolio hanseático duró 200 años, y algunos de los comerciantes alemanes y holandeses se quedaron definitivamente en el país. Fue en esta época cuando la ciudad adquirió un aire cosmopolita... y lo sigue teniendo hoy. Hoy, aunque la pesca sigue siendo un sector importante, es sobre todo el desarrollo de las plataformas petrolíferas lo que constituye la base de la economía actual.De hecho, Bergen vive actualmente su edad de oro del oro negro. También ciudad universitaria, Bergen y sus 30.000 estudiantes pueden presumir de una intensa vida cultural. Bergen es la cuna de grandes músicos clásicos como Edvard Grieg y Ole Bull. Y la Orquesta Filarmónica de Bergen existe desde el siglo XVIII. Además, a principios de verano se celebra todos los años el gran Festival de Música de Bergen. Pero, sobre todo, la ciudad es un importante centro turístico, la puerta de entrada a los fiordos y a una costa única de una belleza que no se encuentra en ningún otro lugar.Habiendo superado su estrecho entorno montañoso, Bergen se derrama sobre las penínsulas circundantes e incluso escala parte de las alturas que la rodean. Detrás de la ciudad, las montañas cierran el camino, pero frente a ellas, el mar se abre a los sueños de evasión. Ciudad portuaria, ciudad del comercio y la artesanía, primera gran ciudad de Escandinavia, primera capital del país y residencia de sus soberanos, Bergen siempre ha mirado al mar, forjando a lo largo de los años una cultura propia y única. Como ciudad internacional de Noruega, con sus habitantes menos inclinados a la melancolía que el resto de sus compatriotas y más abiertos al mundo exterior, Bergen puede parecer una auténtica patria (algo que otros noruegos le reprochan): de hecho, a muchos les gusta decir: "Yo no soy noruego, soy de Bergen"Bergen es Patrimonio de la Humanidad de la Unesco Los turistas no se equivocan, y la Unesco tampoco. Desde 1980, las casas hanseáticas del muelle de Bryggen, o el mayor conjunto de casas de madera desde la Edad Media, están declaradas Patrimonio de la Humanidad. Destruido por un incendio en 1702, el barrio fue reconstruido de forma idéntica, respetando la arquitectura de las casas de pescadores alemanas. Hoy, el distrito es una copia intacta del barrio del siglo XII. Los turistas pueden retroceder en el tiempo paseando por este barrio histórico y dinámico a la vez. Restaurantes, tiendas de artesanía local y bares se han adueñado de la zona, dándole un ambiente cálido y pintoresco. En 2000, la ciudad fue elegida Capital Europea de la Cultura, gracias a sus numerosos museos, su orquesta filarmónica y sus nuevos artistas contemporáneos.