FÁBRICA JAGGERY
Si giras a la derecha, en la encrucijada del monasterio, y contrata la pista (VTT aconsejados en tiempos de lluvia) a lo largo de dos kilómetros, podrás observar la vida de la campiña shan profunda. En particular, a su izquierda, encontrarás una fábrica de jaggery, mantenida por campesinos muy acogedores pero que no hablan ni una palabra de inglés.
El zumo de palma se traslada sucesivamente de una gran tanque a otra, donde se lleva a ebullición por un largo horno alimentado en uno de los extremos. A medida, el zumo grueso, para coagular en grandes coágulos de azúcar. Lo comerán en esta forma en las familias más modestas, a modo de bienvenida, y lo encontrarán en la misma forma en los mercados. Para callarlo, sigue las moscas. En verano, se agradece mucho una bebida refrescante, servida por toda Birmania, incluso en las calles de Yangon. El jaggery se funde primero en agua y luego el zumo de caramelizado se deja enfriar. Se bebe con cuchara, con grandes cucharas de pasta de arroz.