CASTILLO DE KARLŠTEJN (HRAD)

Desde el pueblo, se llega rápidamente (¡pero sin aliento!) al promontorio que ocupa el castillo. Una vez cruzado el puente levadizo, tendrá que esperar, a menos que ya haya reservado, ya que todas las visitas son guiadas. La visita sigue las cuatro partes principales del castillo y no tiene la misma duración ni el mismo tema, según sus intereses o su tiempo.

En primer lugar, estáel suburbio con la entrada principal, donde muchos artistas y artesanos presentan sus habilidades. Por supuesto, hay un lado un poco turístico y no encontrará aquí las gangas del siglo, pero tendrá una buena visión de la artesanía checa. A continuación se encuentra el palacio arzobispal, el patio con la caja, desde el que una escalera baja a un pozo de 80 metros de profundidad que abasteció de agua al castillo hasta 1923.

En laplanta baja del palacio real se encuentra la sala de los cortesanos, que muestra la historia del castillo, y otras salas con objetos y obras de la historia checa. La exposición, bien documentada, le permitirá seguir las principales etapas de la construcción y renovación del edificio. En particular, las vistas generales muestran que Carlos IV realmente diseñó el castillo como una bóveda para albergar las joyas, la corona real y las reliquias sagradas más preciadas.

Laúltima parte del castillo es el ala que incluye la iglesia de Santa María, que está decorada con murales, probablemente de Nicolas Wurmser, natural de Estrasburgo, que datan de mediados del siglo XIV. La iglesia está unida por un estrecho pasaje a la pequeña y privada capilla de Santa Catalina, que sólo Carlos IV podía utilizar. Venía aquí a meditar y ninguna de sus esposas podía molestarle. Sus paredes están decoradas con piedras preciosas. La gran torre, que domina todo el castillo y cuyos muros tienen 6 m de grosor, está ocupada por la lujosa capilla de la Santa Cruz. Aquí es donde el rey decidió colocar las joyas de la corona y las reliquias. En el pasado, la capilla albergaba 128 pinturas sobre madera del maestro Theodorik, realizadas entre 1357 y 1365. La capilla tuvo que ser cerrada al público porque las paredes engastadas con piedras preciosas estaban muy dañadas. Hoy las joyas se encuentran en la catedral de San Vito de Praga y las pinturas forman parte de la Galería Nacional.