TORRE DE ELIZABETH - BIG BEN
Con 96 metros de altura, el Big Ben es la campana de 13,5 toneladas situada en lo alto de la Elizabeth Tower, la torre del reloj del Palacio de Westminster. Originalmente llamada LaGran Campana, el origen de su nombre actual aún no está claro. Aunque nunca ha sido bautizada oficialmente, los londinenses la apodan Big Ben, "sin que se sepa muy bien por qué". Hay muchas teorías; una de las favoritas es que recibió el nombre de "Victoria" durante una ceremonia en honor de la Reina del mismo nombre. Sin embargo, el discurso de inauguración fue tan largo que uno de los asistentes exclamó: "¡Llamadla Big Ben y ya está!" La otra teoría es que el nombre hace referencia a Benjamin Hall, el ingeniero civil que fundió la campana y fue apodado Big Ben por su tamaño. Tras el incendio de 1835, que destruyó parte del Parlamento, el arquitecto Charles Barry decidió incorporar la famosa campana al plano, que sonó por primera vez el 31 de mayo de 1859 tras ser trasladada sesenta metros. La imponente campana del Palacio de Westminster marca el ritmo de los días londinenses con sus famosas campanadas. Terminada en 1859, esta torre del reloj es el orgullo de los ingleses y un símbolo nacional admirado día y noche. Es uno de los monumentos más fotografiados de Londres. Desde 2003, el Big Ben se inclina espectacularmente, inclinándose un poco más cada año. En 2012, empezó a notarse a simple vista. Se puede ver la inclinación situándose en Parliament Square y mirando hacia el este, hacia el río Támesis. Por el momento, no se ha tomado ninguna decisión para detener la inclinación. Sin embargo, en junio de 2012, tras una propuesta del Partido Conservador, se acordó que la torre pasara a llamarse Torre de Isabel, en honor a la Reina, que lleva 60 años sentada en el trono. Junto a la estación Victoria hay una reproducción en miniatura del Big Ben, el Little Ben, que se alza entre Victoria Street y Vauxhall Bridge Road.
Entre agosto de 2017 y noviembre de 2022, el Big Ben dejó de sonar por obras de renovación. El reto era enorme: 5 años y 80 millones de libras invertidos para renovar este icono absoluto de la capital del Reino Unido. Ahora, como una criatura dormida que despierta, la torre y su campana vuelven a erguirse en todo su esplendor.