COLLEZIONE PEGGY GUGGENHEIM

Cerca de la Accademia, en un palacio del siglo XVIII, el Palazzo Venier dei Leoni, que originalmente iba a tener cuatro pisos pero ahora sólo uno (los venecianos lo llaman il palazzo Nonfinito, "el palacio inacabado"), alberga las colecciones de arte de la famosa heredera estadounidense Peggy Guggenheim. La compró en 1949 y vivió allí hasta su muerte en 1979. Instaló aquí su colección, que incluye a los más grandes pintores del siglo XX, ofreciendo una perspectiva única del arte moderno. Un tío de la Sra. Guggenheim creó la fundación tras su muerte. El Museo de Venecia es, sin duda, el más completo y mejor distribuido de la serie Guggenheim. A través de sus siete habitaciones, su jardín y su terraza en el Gran Canal, descubrirá la casa privada de Peggy Guggenheim, su entrada donde cuelga un móvil de Calder y su salón donde se exponen maravillosas esculturas de Giacometti. Las fotos de las paredes nos recuerdan cómo era el mobiliario en la época de Peggy Guggenheim. Por no hablar de su impresionante colección de arte moderno. Pinturas muy famosas de artistas en boga durante los años 20, desde el cubismo hasta el surrealismo y el futurismo: Picasso, Braque, Fernand Léger, Victor Brauner, Modigliani, Giorgio de Chirico, Albert Gleizes, Giacomo Balla pero también Kandisky, Umberto Boccioni y Mondrian... Por último, ¿cómo no mencionar a Salvador Dalí y su Naissance des désirs liquides y la obra maestra de René Magritte, L'Empire des Lumières?

En 2012, un regalo de la coleccionista estadounidense Hannelore B. Schulhof completó la colección con una aportación de más de 80 obras de arte.

Antes de marcharse, dé una vuelta por el jardín de la terraza, la Terrazza Marini, con vistas al Gran Canal. Una llamativa escultura de bronce se sitúa en el centro del paisaje. Es una figura erguida de un hombre sobre un caballo Su nombre: El Ángel de la Ciudad. Se trata de una obra provocadora del escultor italiano Marino Marini, al que Peggy Guggenheim apreciaba especialmente. Esta atrevida escena es inevitablemente atractiva, sin ser de mal gusto. Al fin y al cabo, es arte

Al final del jardín, detrás de la bonita rotonda cubierta de hiedra, puedes presentar tus respetos a la tumba de Peggy Guggenheim. Junto a ella hay una placa en recuerdo de los perros enterrados cerca de ella. Entre ellas, Cappuccino, Peacock y Madame Butterfly.