LA ÚLTIMA CENA DE LEONARDO DA VINCI
Al entrar en el comedor del antiguo convento dominicano, nos encontramos ante el fresco más famoso de la historia del arte, La Última Cena, de Leonardo da Vinci. Este fresco (9 m x 5 m), realizado entre 1495 y 1498, representa a Jesús anunciando a los apóstoles la traición de uno de ellos. Los colores de la última cena no han soportado el paso del tiempo debido a la técnica empleada por el pintor. Gran inventor, Leonardo no la pegó "ha fresco" (a expensas) pero, para poder cambiar el trabajo a su antojo, utiliza en una pared seca una mezcla de pigmentos con aceite. Veinte años después, la humedad y la suciedad ya habían alterado la obra maestra. La última cena ha sufrido varias restauraciones a lo largo de los siglos, hasta la que se produjo hace casi veinte años y que le hizo su esplendor y sus colores originales. Señalemos de paso que esta restauración no ha sido unánime entre los expertos, especialmente en lo que se refiere a la fragilidad de los colores.