PARQUE NACIONAL DEL GRAN PARAÍSO

Donado al Estado italiano por Víctor Manuel II en 1922, el Parque del Gran Paradiso, antiguo coto de caza real, es el parque nacional más antiguo de Italia. Abarca 71.000 hectáreas de territorio montañoso, desde los 800 m hasta los 4.061 m de la cumbre del Gran Paradiso. Además de sus bosques de abetos, extensas praderas y glaciares, alberga cientos de especies animales protegidas (cabra montés, rebeco, ciervo, lince, águila real, etc.) y flores y plantas raras.

Centro de visitantes de Cogne. Ofrece a los visitantes la posibilidad de descubrir la zona protegida a través de diversos temas: el agua, los bosques y pastos, la fauna y el papel del hombre. En el mismo edificio, el centro Alpinart alberga una exposición permanente dedicada a la mina de magnetita de Cogne.

Centro de visitantes de Valsavarenche. Dispone de un recorrido "agua y biodiversidad" para concienciar sobre la necesidad de proteger los ecosistemas, de modo que pueda disfrutar de su experiencia turística de la forma más ecológica posible. La atención se centra en la nutria, en la cima de la cadena trófica de agua dulce de montaña. La visita se desarrolla tanto en el interior como en el exterior para descubrir las nutrias que alberga el Parque con el fin de protegerlas de las transformaciones medioambientales.

Subir al Grand-Paradis (4.061 m). Esta cumbre está considerada como el "4000" más fácil de los Alpes, lo que la hace especialmente adecuada para montañeros noveles. Sin embargo, no hay que subestimarla: siempre existen riesgos asociados al medio extremo. Dos rutas suben desde Valsavarenche: la primera parte de la aldea de Pont, pasa por el refugio Vittorio Emanuele, donde es obligatorio pernoctar, y luego asciende por el pedregal y el glaciar Grand Paradis hasta el hombro glaciar conocido como "Dos d'âne", donde se encuentra con la segunda ruta. Ésta parte de los pastos de montaña de Pravieux, debajo de Pont, pasa por el refugio de Chabod y asciende por el glaciar de Lavachey o Laveciau. La parte final de la ascensión, un poco más empinada, incluye algunos pasos de escalada y la travesía de una cornisa que domina el vacío. En un buen día, se puede disfrutar de uno de los panoramas más increíbles de Europa: por un lado, la llanura piamontesa con el arco alpino hasta los Alpes Marítimos, pasando por el Monte Viso; por otro, Saboya con los picos de la Vanoise abajo y los Écrins al fondo; en otro lugar, los macizos del Mont-Blanc, Grand-Combin, Arolla y Mont-Rose y sus glaciares.