SANTUARIO DE CONSOLATA
Una espectacular basílica barroca con cientos de exvotos especialmente conmovedores, frente al café Al Bicerin.
La reestructuración de esta basílica, de origen medieval, comenzó en 1678, bajo la dirección del gran arquitecto Guarino Guarini. Filippo Juvarra continuó su ampliación en el siglo XVIII. Ya majestuoso desde el exterior, el interior es una pura joya barroca: dorados, mármoles, estatuas, no se sabe dónde mirar porque la ornamentación es riquísima. Aferrado al revestimiento de mármol hay un espectacular despliegue de votos religiosos dedicados a la Virgen María, un culto que comenzó en 1104 (cuando un peregrino ciego de Briançon recuperó la vista tras tener una visión de la Virgen) y al que los turineses siguen siendo especialmente devotos. El 20 de junio se celebra aquí una procesión, seguida de una ceremonia religiosa y un tiempo de adoración. En la "sala de espera" para las confesiones y en un pasillo entre la sacristía y la iglesia, decenas de dibujos especialmente conmovedores, realizados por particulares en el siglo XX, con un estilo a menudo ingenuo pero muy expresivo, ilustran las dolencias para las que piden la intercesión de la Virgen: un hombre atropellado por un tranvía, una niña a la que se le ha caído su hermanito, un enfermo en un quirófano o soldados en el frente...
A la salida, no olvide tomarse un bicerin en el histórico café Al Bicerin, y aproveche esta concurrida placita de Turín para relajarse. Una visita obligada.