PALAZZO MADAMA - MUSEO CIVICO D'ARTE ANTICA
Su fachada rococó alberga el Museo Cívico de Arte Antiguo, que incluye el manuscrito de las .
La arquitectura de este palacio resume la historia de Turín. Construido sobre la antigua muralla romana (Porta Pretoria, 28 a.C.), cuyos restos pueden verse hoy en la entrada bajo una vidriera, el palacio se convirtió en fortaleza en la Edad Media (los restos pueden verse en la parte trasera del palacio hacia la Via Po). En el siglo XVII, el Palacio Madama fue la residencia de María Cristina de Francia, hermana de Luis XIII, y de María Juana de Nemours, ambas regentes del Ducado de Saboya, a las que los turineses llamaban irónicamente Madame Reali. En 1718, Filippo Juvarra, uno de los más famosos arquitectos barrocos italianos, añadió la magnífica fachada rococó y la majestuosa escalera interior de piedra tallada que conocemos hoy.
Tras haber sido el primer Senado italiano en el siglo XIX, el palacio alberga ahora el Museo Cívico de Arte Antiguo. Entre otras obras maestras, alberga el Retrato del Desconocido de Antonello da Messina, y el manuscrito de las Très Belles Heures del Duque de Berry
, miniaturizado en el siglo XV por el pintor Jan Van Eyck y su escuela. El museo tiene una nueva disposición que sigue un orden cronológico correspondiente a las principales fases del desarrollo histórico del edificio. El recorrido pasa por un total de 35 habitaciones. Comience en el nivel del foso con el Museo Lapidario Medieval, y continúe en la planta baja con las colecciones de arte gótico y renacentista. En la primera planta encontrará una amplia selección de obras del periodo barroco. En la planta superior, el museo cuenta con magníficas colecciones de artes decorativas (cerámica, orfebrería, marfil, vidrio, tejidos, etc.); las piezas expuestas se cambian regularmente. La Torre del Tesoro, del siglo XV, alberga las obras más preciosas y representativas de las colecciones.En el foso del Palacio también hay un jardín medieval reconstruido, que respeta los elementos encontrados en los archivos, dando testimonio de su existencia en el Palacio Madama desde 1402... Este jardín ofrece al visitante la oportunidad de pasear por un huerto, bajo árboles frutales, o en el iardinium domini
(jardín del príncipe) para disfrutar de su fuente y logia. Por último, una visita tan densa bien merece una parada: el Caffé Madama, el café del museo, todo cristal y helado de estilo rococó, es uno de los más agradables de la ciudad (accesible sólo para los visitantes).