MUSEO NACIONAL DE BEIRUT

Construido bajo el mandato francés (1930-1937), fue inaugurado oficialmente el 27 de mayo de 1942. Durante la Guerra Civil, el Museo de Beirut estuvo cerrado. Situado en la línea de demarcación, el edificio estaba demasiado expuesto. Un disparo de francotirador dañó uno de los mosaicos más hermosos del museo. Para limitar el saqueo y la destrucción, el conservador ordenó que las piezas más grandes (sarcófagos, mosaicos...) se cubrieran con hormigón, mientras que los objetos más pequeños se depositaron en el sótano del museo, que estaba amurallado. Sin embargo, algunas piezas fueron robadas y dañadas durante la guerra. Restaurado desde 1993, ha estado abierto de nuevo desde el 25 de noviembre de 1997. Las piezas están bien presentadas con una breve descripción. El volumen de la planta baja es impresionante. Una visita cautivadora, que da una buena idea de la riqueza arqueológica del Líbano.

Planta baja

Está dedicado al segundo y primer milenio antes de Cristo y al período romano-bizantino. Se exhiben casi cien piezas: sarcófagos, mosaicos, estatuas y bajorrelieves. Por ejemplo, el sarcófago de Ahiram, rey de Biblos en el siglo XIII a.C., es el sarcófago más antiguo marcado con inscripciones fenicias. Es una de las obras maestras del museo.

También vale la pena verlo:

Un obelisco inscrito con el nombre de Abi Chemou (Rey de Biblos), fechado en el 19 AC.

Una estela del faraón Ramsés II con una inscripción jeroglífica descubierta en Tiro (13º a.C.).

Dos sarcófagos antropoides de mármol ^(5º a.C.) descubiertos en 1901 en Saida. Estos sarcófagos llevan una figura humana tallada en su tapa.

Las estatuillas de niños ^(5º a.C.) descubiertas en un templo dedicado al dios curativo Echmoun.

La tribuna (350 a.C.) de Echmoun presenta escenas figurativas.

Una cabeza del emperador Septimio Severo (193-211 d.C.).

El coloso de piedra caliza de Biblos (fecha indeterminada).

Esta sala tiene varios mosaicos de los períodos greco-romano y bizantino: incluyendo los Siete Sabios de Grecia rodeados por los siete grandes filósofos.

Uno queda impresionado por el modelo de piedra caliza del Templo A de Niha (Bekaa), que data del año 2 d.C. Es un proyecto preliminar realizado para la construcción del templo.

Segundo nivel

Incluye más de 1.240 piezas que evocan la prehistoria (1000000-3200 a.C.), la Edad de Bronce (3200-1200 a.C.) y la Edad de Hierro (1200-333 a.C.), el período helenístico (333-64 a.C.) y el período romano (64 a.C.-395 d.C.). Se mencionan brevemente el período bizantino (395-635 d.C.) y la conquista árabe en el período mameluco (635-1516 d.C.).

Uno se pierde un poco cronológicamente en el segundo nivel, especialmente después de la planta baja, pero vale la pena echar un vistazo a las estatuillas y figuritas de la Edad de Bronce y a las hojas de oro (que se pueden encontrar en todo tipo de soportes en la tienda) y a las monedas del período persa. Las lupas colocadas en las vitrinas permiten examinar los detalles de cada objeto. Nos sedujeron las figuras zoomorfas (hipopótamos, monos, carneros, roedores, etc.), las máscaras, los collares, las hachas con ventanas, las cajas de juego de marfil y de colorete y el músico con una lira (descubierta en Kamed el-Loz en la Bekaa).

Sótano

Desde finales de 2016, el sótano del museo alberga la mayor colección de sarcófagos antropoides del mundo. Los 700 ^m2 renovados por el arquitecto-museólogo Antonio Giannarusti están dedicados a ritos y prácticas funerarias desde el Paleolítico hasta el período otomano. Una selección de 520 piezas arqueológicas - incluyendo sarcófagos, estelas y muebles funerarios que acompañaron a los fallecidos a la otra vida - ilustra las creencias, los cultos y el arte funerario a lo largo de los milenios. Como todos los restos expuestos en el museo, toda la colección del sótano es el resultado de las excavaciones realizadas en el Líbano. Entre los objetos emblemáticos se encuentra una serie de 31 sarcófagos fenicios (siglos VI a IV a.C.) descubiertos en la región meridional de Saida, la antigua Sidón. Y tres momias que fueron encontradas en 1989 por espeleólogos en el valle sagrado de Qadisha, un sitio de Patrimonio Mundial de la UNESCO conocido por haber sido un refugio para los maronitas, entonces perseguidos por los mamelucos y los bizantinos. En el momento de nuestra visita, las salas de exposición en el sótano estaban sin embargo cerradas por trabajo.

Pasaje del Museo

El Museo Nacional dio su nombre al infame "Pasaje del Museo", que fue una de las rutas de comunicación entre las partes occidental y oriental de Beirut durante la guerra civil. Los secuestros, los bombardeos y los duelos marcaron la historia de esta avenida, que era, antes de 1975, una de las más transitadas de la capital. Desde el comienzo del conflicto, sus edificios burgueses fueron reducidos a ruinas. Edificios ensangrentados, balcones destrozados, paredes abiertas... Es en este escenario apocalíptico donde, contra todo pronóstico, se organizaron manifestaciones no violentas durante los quince años de conflicto. En medio del tiroteo, libaneses de diferentes creencias intercambiaron bolsas de sangre, mostrando su voluntad de resistir juntos y devolver a los civiles la vida que los milicianos de todos los bandos intentaban quitarles.