Los mejores restaurantes Manarola

Hay que subir hasta lo más alto del pueblo para descubrir esta dirección de Manarola, inaugurada en 2016. Pero el esfuerzo merece la pena. La comida es impecable y el servicio rápido, justo lo que necesitan los que después quieren ir de excursión por las Cinque Terre. Para probar el cappun magru, ¡recuerde llamar por la mañana para reservar una ración! Y para los que no lo sepan, es una especialidad de Génova: una especie de terrina de verduras y pescado, cubierta con una salsa de perejil. Deliciosa, ¡merece la pena probarla al menos una vez!

Situado en una posición panorámica en el muelle de Manarola, es una dirección probada con un buen menú con sabores marinos y locales. Entre las especialidades, la pasta casera como los taglierini con tinta de calamar, gambas rosas y pimientos, así como la sopa de pescado. Buena lista de vinos blancos regionales. La vista del mar desde la terraza, especialmente al atardecer, añade un toque muy especial a la comida.

Toda una institución en Manarola, su ubicación lo convierte en un popular punto de encuentro para los turistas que llegan desde el túnel subterráneo que conduce a la estación. En la planta baja hay un acogedor bar, pero es arriba donde está la acción. Exquisita y abundante, la cocina saca a relucir todos los sabores de Cinque Terre: anchoas marinadas como entrante, pescado a la parrilla condimentado con el vino blanco de la zona o pasta al pesto y otros sabores. ¿La cocinera? Una señora encantadora que sabe utilizar los productos locales. Un plus: la terraza de verano.

Esta pequeña empresa de catering vende un poco de todo, desde arancinis hasta pizzas, focacce y harina. Los precios son un poco caros, pero el lugar sigue siendo lo suficientemente conveniente para comprar una pizza para llevar (o una cerveza fría) antes de salir a ver la puesta de sol frente al mar.

Encaramado en las alturas de Manarola, con una admirable vista de la ciudad y el mar, este restaurante bien merece la empinada cuesta que hay que subir para llegar a él. El pescado a la parrilla es perfecto, el antipasto de marisco inolvidable, la pasta meticulosamente casera (un clásico imprescindible: spaghetti al pomodoro) y los postres una obra de arte. Por último, pero no por ello menos importante, siempre le divertirá ver a los camareros, cargados de platos, subiendo ágilmente los escalones entre la cocina y el comedor. Se recomienda reservar.