LOKAL

Es un lugar sorprendente: este bar ocupa la antigua villa de una familia de comerciantes de principios del siglo XX, expropiada bajo el comunismo y luego abandonada. La han conservado a propósito en su estado original, por lo que esta bella mansión desprende la misma atmósfera de deterioro que tanto éxito tiene en Bucarest: en el interior, las viejas estufas y los muebles de época, todos diferentes unos de otros, dan la impresión de estar «okupando» una casa que acaba de ser abandonada, congelada en el tiempo. En la parte delantera, el jardín también presenta cierto abandono, con una abundante vegetación y terrazas colocadas sobre palets dispersos.