GLACIAR PERITO MORENO

El glaciar se explora a través de una red de 4 km de pasarelas de madera. Cada nivel permite admirar el coloso de hielo desde un ángulo diferente. A pesar del calentamiento global, el Perito Moreno es el único glaciar del mundo que sigue avanzando a un ritmo de dos metros al día. Con una superficie de 250 km² y una longitud de 30 kilómetros, forma parte de un gigantesco bloque de hielo conocido como Hielo Continental Patagónico. El frente del glaciar avanza regularmente unos metros y luego se desploma en un ciclo de dos a cuatro años, formando los icebergs que flotan en el lago. El glaciar choca con el promontorio rocoso de la orilla opuesta, partiendo en dos el brazo del lago. A medida que el hielo se derrite y el agua ya no puede drenarse, la sección sur de este brazo sigue expandiéndose. La inundación se extiende a las orillas y se traga parte del bosque. Al cabo de un tiempo, el agua está hasta 25 m por encima de su nivel habitual, ejerciendo una presión fenomenal, erosionando la fachada y excavando una especie de túnel de hielo. Cuando el tapón estalla, el agua acumulada fluye por la brecha abierta y debilita poco a poco el puente de hielo, que acaba por romperse y hacerse pedazos en medio de un estruendo furioso. En la noche del 11 al 12 de marzo de 2018, el arco del Perito Moreno, situado en la parte delantera del glaciar, se rompió durante una violenta tormenta. El parque estaba cerrado en ese momento, y este espectáculo mágico, por decirlo suavemente, tuvo lugar sin la menor ovación de la multitud... Este fenómeno se produce aproximadamente cada cuatro años a finales de verano y principios de otoño en el hemisferio sur. La última vez, el 11 de marzo de 2016, el arco se rompió a plena luz del día, para deleite de 2.000 afortunados turistas. Sin embargo, es posible que tenga la suerte de presenciar un minicolapso (aunque por razones relacionadas con el cambio climático, por supuesto, ¡esperamos que no sean más frecuentes!). Con un estruendo increíble, bloques de hielo se desprenden del glaciar y se precipitan al agua. A este ruido ocasional se añaden los incesantes crujidos y gemidos del glaciar en expansión. Los colores del glaciar cambian de intensidad según la luz. En un día soleado, el glaciar es de un majestuoso azul zafiro. Las últimas horas de un día soleado son el mejor momento para que el hielo se desplome. Esperamos que este monstruo blanco escape durante mucho tiempo a la amenaza del cambio climático