Este impresionante monumento testimonia el reconocimiento oficial de los crímenes cometidos por los nazis contra los judíos.
Es difícil describir la extraña sensación que se tiene al caminar por este bosque de piedras irregulares, esa sensación de vértigo, desorientación y ansiedad. Un total de 2.710 estelas de hormigón componen el lugar diseñado por el arquitecto neoyorquino Peter Eisenman. Este memorial a los judíos asesinados en Europa no es un lugar que enumere atrocidades; es mucho más una reflexión sobre el aspecto indecible e inimaginable de lo que ocurrió en los campos de exterminio y durante las masacres de los Einsatzgruppen. En el sótano del monumento se puede visitar una exposición más explicativa sobre el tema de la Shoah. En ella se rinde homenaje a muchas familias a través de relatos biográficos.
Los visitantes suelen confundir este monumento conmemorativo situado en el corazón de Mitte con el Museo Judío de Kreuzberg, que también cuenta con una sección conmemorativa diseñada para transmitir a los sentidos la sensación de horror. Sin embargo, se trata de dos proyectos completamente distintos. El Memorial de la Shoah forma parte de una política de creación de espacios para el recuerdo en la nueva capital alemana. No lejos de la Puerta de Brandemburgo hay otros monumentos a las víctimas de la deportación. Frente al monumento a los judíos de Europa asesinados, se erige desde 2008 otro monumento a las víctimas homosexuales. Un poco más lejos, en dirección al Reichstag, se encuentra desde 2012 un monumento a los sinti y romaníes. Por último, desde 2014 hay un monumento a los enfermos mentales y discapacitados víctimas de programas de eutanasia.