LENE-VOIGT-PARK
En el corazón del barrio de Reudnitz, descuidado durante mucho tiempo pero cada vez más apreciado por estudiantes y jóvenes trabajadores, el parque, que lleva el nombre de la mayor poetisa sajona, tiene una forma atípica, rectangular y alargada. Con sus gasoductos visibles al fondo, pero también sus céspedes tan acogedores y muy concurridos cuando sale el sol (jugadores de voleibol, barbacoas, durmientes....), es un lugar bastante inusual, típicamente alemán oriental. El parque fue construido sobre las ruinas de la Eilenburger Bahnhof, la antigua estación oriental de Leipzig, que sufrió graves daños durante los bombardeos de los aliados de la Segunda Guerra Mundial. Mientras que las plataformas y los rieles todavía se utilizaban (aunque cada vez menos) durante la era comunista, los edificios, por otro lado, fueron simplemente arrasados uno tras otro. En 1997, la ciudad decidió desmantelar lo que quedaba de la infraestructura ferroviaria y transformarla en un parque. Cinco años más tarde, el parque Lene-Voigt-Park recibió una distinción europea por su paisajismo. En 2004, sus 11 hectáreas se abrieron por completo al público, que desde entonces se apresura a recorrerlas en cualquier época del año.