Los mejores restaurantes St Paul

En Le Nook se ofrecen cinco tipos de Juicy Lucy, además de las hamburguesas habituales, la clásica o alternativamente con queso a la pimienta, chorizo y queso, queso Philadelphia o roastbeef y cheddar. En el menú también hay nachos, aros de cebolla, sándwiches y algunas ensaladas. Así que todo el asunto no es muy dietético, ¡pero ese no es el punto! Ambiente de pubs populares, muy amigable. Por las tardes, a veces se organizan conciertos allí.

Todo el mundo conoce la Cossetta: es una especie de cantina de lujo. Huele bien. Se hace una fila con la bandeja en el puesto de pizzas, pastas o ensaladas antes de subir. La comida es buena sin ser ruinosa. Una buena dirección para la comida italiana sin pasar demasiado tiempo en la mesa. A la derecha de la entrada, hay incluso una pequeña tienda de comestibles que ofrece productos importados de Italia. Para aquellos que buscan un ambiente más formal, prueben el Louis Ristorante, en el mismo lugar, que sirve una cocina un poco más sofisticada (y más cara).

Los lugareños acuden a primera hora de la mañana para tomar un pastelito (magdalenas, galletas, dulce de chocolate, panecillos de caramelo...) para acompañar su enorme taza de café. A pesar de su aspecto de Starbuck's, Café Latte está lejos de ser una cadena impersonal: aquí, los pasteles se preparan todos en el momento, ¡y se nota! Te los traen calientes de los carritos, y cada día se ofrecen panes y bollos diferentes También puedes tomar un tentempié a la hora del almuerzo o comer una ensalada o un sándwich sobre la marcha. Un buen lugar.

Situado en el casco histórico de la ciudad, el Saint Paul combina un hotel de lujo con el célebre restaurante Saint Paul Grill. A la hora de comer, el menú es sencillo y los precios asequibles. Venga a comer su hamburguesa o sus tortillas gigantes en este elegante restaurante de estilo bistró. Por la noche, el ambiente es completamente diferente: los precios se duplican pero la cocina es más refinada. Buena carta de vinos. Pida una mesa junto a la ventana que da al parque Rice, desde donde podrá admirar la fuente iluminada y el parque.

Situado no muy lejos del Capitolio, este restaurante ofrece un entorno idílico para una cena para dos personas. Los comedores son elegantes con sus chimeneas, pinturas al óleo y papel pintado victoriano. En verano, es agradable instalarse en el patio y almorzar en un pequeño rincón de verdor. El menú de la cena, más caro, también es más elaborado y cambia el bistec y las patatas fritas y el risotto de carne que se sirve para el almuerzo por mariscos y filete miñón. Se le propone una pequeña selección de quesos, para ser degustados con una copa de vino.

El antiguo chef del restaurante gourmet Forepaugh está detrás de la estufa de este establecimiento. La cocina que se sirve aquí es bastante difícil de definir, con inspiraciones cubanas, puertorriqueñas e inglesas, como los orígenes del Chef González que, además, creció en California. Podría describirse como una elaborada comida reconfortante, una especie de cocina mundial llena de sabores. La carta de bebidas no decepciona, lo cual no es sorprendente ya que fue elaborada por Aaron Johnson, estrella de los cócteles en las Ciudades Gemelas.

En los alrededores del bonito Mears Park Place, el Bulldog Lowertown llama la atención entre los pocos sitios para comer, con sus mesas en la terraza. Dentro, encontrará todo lo que se espera de un pub moderno de este tipo: cordialidad, frescura y una clientela ecléctica que viene a relajarse en torno al zinc central. Para comer: grandes ensaladas, hamburguesas como la Mushroom & Swiss burger con queso, champiñones y cebolla caramelizada Acompáñela con una cerveza, un panaché o una sidra, ¡directamente del barril, si le apetece!