PARQUE PROVINCIAL DE ALGONQUIN
Es una meca para los aficionados a acampar en canoa y también es conocida por los osos negros y lobos que habitan en su bosque.
Gigantesco es la palabra que nos viene a la mente cuando hablamos del hermoso Parque Provincial de Algonquin. Con más de 7.600 km² de terreno de juego, no es de extrañar que haya para todos los gustos, empezando por los excursionistas, que tienen más de 20 senderos para elegir con un total de más de 200 km. Desde la caminata más corta de 1 km hasta la más larga de 88 km, sólo tiene que ayudarse a sí mismo y confeccionar rutas que cumplan sus expectativas. Aquí no hay altas montañas, sino crestas rocosas, hermosos miradores, encantadores lagos, enormes pinos, animadas turberas y apacibles estanques donde tomarse un respiro. Por no hablar de la abundante vida salvaje en casi todas partes. En la curva del sendero, no es raro ver un somorgujo, un castor o un alce saciando su sed en el estanque.
Entre todos estos encantadores senderos, el del desfiladero del río Barron (1,5 km) ofrece un escenario espectacular. Camine por los acantilados de 100 m, al pie de los cuales el Barron sigue su curso. En el fondo del desfiladero hay varios embarcaderos donde podrá anclar su canoa en el plácido río, con algunos porteos. Se puede llegar al sendero del cañón Barron desde la entrada de Sand Lake al parque, a unos 30 km al oeste de Pembroke.
Servicios del centro de visitantes: wifi gratuito, merenderos, restaurante, librería, dioramas y exposiciones, galería de arte.