BARRIO DEL PUENTE VIEJO
Una calle tradicional de hojalateros y caldereros, con brillantes adoquines y una admirable vista del Puente Viejo.
No es sólo el puente, sino todo el conjunto del «barrio del puente Viejo en el centro histórico de Móstar» lo que la Unesco nombró Patrimonio de la Humanidad en 2005. La zona clasificada se extiende sobre 7,6 hectáreas, con una zona protegida de 48 hectáreas. Según la Unesco, «El barrio del puente Viejo es un ejemplo notable de asentamiento urbano multicultural, como lo prueban sus variadas edificaciones preotomanas, otomano-orientales, mediterráneas y occidentales. El puente reconstruido y el centro histórico de Móstar son símbolos de la cooperación internacional y de la coexistencia de distintas comunidades culturales, étnicas y religiosas».
Orientarse – El barrio se extiende a lo largo de las dos orillas del Neretva. En la orilla derecha encontramos un tramo de la calle Onešćukova (antiguos talleres transformados en tiendas) y de la calle Rade Bitanje (antiguo barrio de curtidores de Tabhana, con la mezquita Tabačica y el hamán Cejvan Ćehajin). La orilla izquierda incluye la calle Kujundžiluk (el antiguo bazar donde hoy se encuentran tiendas y restaurantes) hasta la calle Mala Tepa y la mezquita Koski Mehmed Pacha. El acceso al puente está guardado por dos torres: la torre Halebija en la orilla derecha y la torre Tara en la izquierda; esta última alberga el Museo del puente Viejo.
Saltos – Es una de las principales atracciones del barrio: unos veinte jóvenes de la ciudad saltan (casi) todos los días desde el puente Viejo para ganar algunos euros entre los turistas. Es una tradición muy antigua y, además, ahora también se puede probar la experiencia (véase «Deporte - Relax - Ocio» en Móstar).
Leer – Las librerías y las tiendas de recuerdos de Móstar ofrecen muchos libros sobre el puente Viejo, su barrio, su destrucción y su reconstrucción. Muy pocos están disponibles en español y pocos son de calidad. Lo mejor, si se dispone de tiempo para preparar el viaje y puede leer en francés, es sumergirse en el libro de Gilles Péqueux, el ingeniero francés responsable de la fase preparatoria de los trabajos de reconstrucción: Stari Most, le Vieux Pont, Combat pour une reconstruction, (ilustrado por Yvon Le Corre, Gallimard y colaboradores, 2002). Apasionado por el puente Viejo y los Balcanes, Gilles Péqueux es uno de los pocos autores que conoce a fondo el tema. Aunque sigue siendo un enamorado de Móstar, aporta una visión crítica a algunas de las decisiones tomadas por la Unesco, especialmente la exclusión de las empresas locales en la reconstrucción. En su opinión, esto contribuyó a ampliar la brecha entre comunidades. Al ver la ciudad hoy, uno diría que no andaba muy desencaminado.