MONUMENTO A LOS PARTISANOS (PARTIZANSKO SPOMEN GROBLJE)

Se creó en 1965 y es uno de los cementerios conmemorativos más imponentes heredados del periodo socialista en la antigua Yugoslavia. Construido en altura al oeste del centro de la ciudad, cerca de la catedral católica, ofrece un bonito mirador sobre Móstar y una excelente posibilidad de pasear por la naturaleza. Mezcla de (land art) y de brutalismo, está concebido como un inmenso jardín con un recorrido de 250 metros y rodeado por un gran parque forestal (Trimuša).

Historia – La idea de este monumento a los combatientes comunistas de la Segunda Guerra Mundial nació en 1960 de la voluntad de Džemal Bijedić, político nativo de Móstar y futuro primer ministro yugoslavo de 1971 a 1977. La ciudad se vio especialmente afectada por el conflicto, ya que se estima que el número de víctimas militares fue de 810 y el de civiles muertos superó el millar, para una población que entonces era de 18.000 habitantes. El diseño se confíó a Bogdan Bogdanović (1922-2010), arquitecto serbio que ya había trabajado en la realización de muchos monumentos conmemorativos de la época de Yugoslavia. En particular, es famoso por su magnífica Flor de piedra erigida en Jasenovac (Croacia) en memoria de las víctimas de los ustachas, o incluso por su Necrópolis de las víctimas del fascismo en Travnik (Bosnia Central). El monumento fue inaugurado el 20 de septiembre de 1965 por Tito con motivo del vigésimo aniversario de la liberación de la ciudad. Desde 1992, el lugar ha sufrido daños provocados por la guerra pero, sobre todo, con la falta de mantenimiento. A partir de 2004 se llevó a cabo una importante labor de renovación bajo la supervisión de Bogdan Bogdanović. El monumento fue reabierto al público en mayo de 2005.

Visita – El arquitecto Bogdan Bogdanović tomó el río Neretva como fuente de inspiración: el recorrido está concebido como un río que serpentea sobre un suelo empedrado de guijarros procedentes del Neretva y que conduce a una inmensa cascada de bloques de piedra y hormigón inundados por la vegetación. Allí reposan los cuerpos de 560 partisanos (no se pudieron recuperar todos los restos mortales), de los cuales ocho, considerados como héroes nacionales, están enterrados en un mausoleo circular, situado en la parte superior de la cascada. Bogdan Bogdanović optó voluntariamente por no hacer figurar ningún símbolo de la iconografía de la muerte o del realismo socialista, es decir, ni cruces, ni hoces ni martillos, para evitar cualquier glorificación de la muerte.