ROSAS DE SARAJEVO (SARAJEVSKE RUŽE)
Son los extraños pétalos rosas o rojos que dejaron en el suelo las explosiones de granadas durante el asedio de 1992-1996.
Algunas ya han desaparecido en la reconstrucción de la ciudad y la rehabilitación de las calzadas, otras se borran con el tiempo. Algunas empezaron a reaparecer en 2013, como delante de la catedral católica. Estas «rosas de Sarajevo» son las huellas de obuses, que cuando explotaban sobre el asfalto, crearon cráteres fragmentados que evocan los pétalos de una flor. Al finalizar la guerra en 1996, los habitantes llenaron estos impactos de resina roja, jalonando las aceras y la calzada de estas rosas rojas, en memoria de la guerra. En un principio, se habrían marcado cien «rosas» a lo largo de las calles de la ciudad, solo donde un obús había causado la muerte de al menos tres personas. A principios de los años 2000, se contaban más de 300, sin saber si cada «rosa» representaba un impacto mortal o no.
Placas conmemorativas. Mientras que las «rosas de Sarajevo» surgieron de iniciativas privadas, a mediados de los años 2000 se inició un proyecto oficial de instalación de placas conmemorativas con el apoyo del ayuntamiento. Mucho menos numerosas que las «rosas», se encuentran en unos veinte lugares donde se produjeron masacres de civiles. Todas son del mismo formato (16 x 8 cm) y presentan el emblema de la Bosnia medieval. El texto, redactado en bosnio, acostumbra a ser el siguiente: «En este lugar, los criminales serbios el [fecha] asesinaron a [número] ciudadanos de Sarajevo. Que los muertos descansen en paz, recitad la Fatiha y rezad una oración, no olvidéis, recordad y confortad. Los ciudadanos de Sarajevo». Estas líneas han sido polémicas. Por una parte, la referencia al islam, incluso si es leve —la Fatiha es la primera sura del Corán, conocida por todos los musulmanes, comparable a un simple «Amén» para los cristianos— excluye a los demás componentes étnicos y religiosos de la población de la ciudad. Además, si bien nadie pone en duda la responsabilidad del ejército de la República Serbia de Bosnia en la mayoría de los crímenes cometidos durante el sito, el término «criminales serbios» (srpski zločini) equipara a todos los serbios con criminales. En respuesta a ello, los nacionalistas bosnio-serbios decidieron provocar instalando en 2014 su propia placa en la colina de Vraca, sobre el barrio de Grbavica. Esta placa rinde homenaje al general Ratko Mladić, responsable del sitio de la ciudad y procesado por crímenes contra la humanidad.
Des petites tâches rouges qui font œuvre de mémoire, c'est assez bouleversant !