MUSEO OLÍMPICO (OLIMPIJSKI MUZEJ)

No hay que esperar un gran museo. Se encuentra aquí con carácter provisional, desde 2004. No está tan mal, ya que viene de lejos. El personal, que ve aquí pocos visitantes extranjeros, es muy amable y no duda en responder a las preguntas en inglés.

Historia. El edificio del museo, en el centro de la ciudad, se quemó en 1992 y todavía está esperando su restauración (leer a continuación). Tal vez sea eso precisamente lo que hace que la visita resulte más conmovedora. Porque al llegar hasta aquí, en el barrio de Koševo, se revive toda una parte de la historia de Sarajevo: la entrada del complejo olímpico, con la torre que todavía lleva el logotipo de los Juegos de 1984 (un copo rojo estilizado coronado por los anillos olímpicos) y, a la derecha, los grandes cementerios que fueron improvisados durante el asedio en lo que eran entonces terrenos deportivos, y al fondo, el estadio olímpico donde tuvo lugar la ceremonia de apertura el 8 de febrero de 1984. En el centro del complejo, el edificio macizo y rectangular en el que se encuentra hoy el Museo Olímpico, el Hall Zetra. Este acogió las pruebas de hockey sobre hielo, el patinaje artístico y la ceremonia de clausura. Hoy se llama oficialmente Hall Juan Antonio Samaranch, en memoria del antiguo presidente del COI. Porque fue en parte gracias a él que el edificio, incendiado también durante la guerra, fue reconstruido.

Visita. El museo se reduce ahora a una sola sala, que sirve también de lugar de reunión para el Comité Nacional Olímpico de Bosnia y Herzegovina (OKBIH, reconocido por el COI en los primeros días de la guerra, el 4 de junio de 1992). Al fondo, se encuentran las vitrinas en las que están expuestas (algunas amontonadas, hay que decirlo) las reliquias de los JJ.OO de Sarajevo: banderas olímpicas, fotos amarillentas, catálogos de los trajes de los voluntarios, merchandising de la mascota Vučko, pines, palos y trajes de esquí ofrecidos por las delegaciones nacionales. Se puede seguir un vídeo de 40 minutos (con 9 minutos de comentarios con subtítulos en inglés) con los momentos destacados de los Juegos de 1984. Los objetos más valiosos se encuentran detrás de las vitrinas de la izquierda. Se trata de los originales de la decena de cuadros encargados a los grandes pintores de la época: El Patinador, de Andy Warhol, Seis cabezas olímpicas, de Henry Moore y nuestro favorito, El saltador, de Michel Folon, un pequeño personaje con esquís que se va rodando en un cielo estrellado. Los objetos más emotivos son sin duda la carta firmada por Samaranch, chamuscada por las llamas (fue enviada después de los Juegos para felicitar al Comité Olímpico Nacional de Yugoslavia) y, sobre todo, la medalla de oro olímpica medio fundida encontrada entre los escombros calcinados del antiguo museo. Porque una parte del recuerdo de los Juegos de 1984 desapareció durante el incendio del edificio que acogía el Museo en 1992.

Antiguo/nuevo Museo Olímpico. La colección expuesta en el Hall Olímpico Zetra podría pronto volver a su antiguo edificio en el centro de la ciudad. Creado después de la ceremonia de clausura del 19 de febrero de 1984, para conservar el recuerdo del gran acontecimiento, el Museo Olímpico fue instalado en el número 7 de la calle Petrakijina, en el barrio de Mejtas, justo al norte de la parte austrohúngara de la ciudad. A pie se accede desde el monumento de la Llama eterna al tomar la calle Mula Mustafe Bašeskije unos 100 m y luego a la izquierda en la calle Niže Banje, que termina en una gran escalera. Allí, justo arriba, a la izquierda de las escaleras, se alza la antigua mansión del período austrohúngaro que sirvió de Museo Olímpico durante ocho años. Fue uno de los primeros edificios públicos afectados por los bombardeos el 27 de abril de 1992.