THE WESTCLIFF
El hotel está rodeado de una muralla, colgada en la colina de Westcliff, que ofrece a los residentes unas vistas de los parques y del zoo. Aquí vivían hace mucho los primeros millonarios del milagro sudafricano, los Cullinan, Fitzpatrick y Oppenheimer. Parece un pueblo, un poco en el estilo del Byblos de Saint-Tropez; por otra parte, es tan grande que circularás en coche eléctrico. En recepción hay una carta que retransmite el viaje panafricano de exploradores franceses. En cuanto a la restauración, el Polo Bar merece una visita, como el restaurante panorámico. Si encuentras la habitación fuera de los precios, puedes tomar un desayuno en la terraza (The Terrace 7 h -10 h) junto a la piscina (climatizada, fumante en pleno invierno) o un almuerzo. Gimnasio.