BUDAPEST ZOO

El zoo se inauguró en 1865, quebró, se recompró y se reconstruyó por completo en 1912, en un estilo Art Nouveau sorprendente para un establecimiento de estas características. Destaca la entrada, decorada con esculturas de dos elefantes. En el interior, la visita es encantadora y especialmente apreciada por los niños. La gran sorpresa es la interactividad del zoo. En el invernadero, por ejemplo, podrá pasear entre monos, aves tropicales, murciélagos, rinocerontes y animales de la sabana. En el gran invernadero, nos invitan a entrar en la casa de las serpientes. Más adelante, los niños pueden ir a dar de comer a las biquetas del zoo, que se encuentran en un pequeño recinto. En cuanto a los leones, tigres, osos polares y otros animales, nos conformamos con contemplarlos desde detrás de los cristales que han sustituido a la valla en la parte inferior de los recintos. Es una pena que haya tan pocas indicaciones en inglés. Anunciado en 2021, el Pannon Park, un biodomo unido a un parque, sigue en construcción dentro del zoo en el momento de escribir estas líneas (finales de 2022), debido a la falta de financiación. Esperemos que abra pronto. Esta zona subtropical albergará con el tiempo especies de la cuenca de los Cárpatos (y más allá) y varios tanques y acuarios. Las antiguas atracciones del histórico parque de atracciones ya se han reintroducido en la parte de Holnemvolt del zoo. Entre otras atracciones, hay un carrusel de 1909, un pequeño tren y animales domésticos, además de camellos y dromedarios.