IGLESIA DE MÁRIAPÓCS (MÁRIAPÓCSI KEGYTEMPLOM)

La magnífica iglesia ortodoxa griega ostenta un sublime iconostasio de 15 metros de altura, rodeado de dorados. Durante su primera visita a Hungría en 1991, Juan Pablo II vino aquí a contemplar esta obra maestra, que parece sobrenatural. El edificio fue renovado en 2010. Pero la iglesia de Máriapócs es un lugar de peregrinación que atrae cada año a miles de fieles, atraídos por la fama de la "Virgen Negra" o el icono llorón.

El milagro de las lágrimas. Se dice que en 1696, en Máriapócs, un icono de la Virgen María derramó lágrimas reales durante varias semanas. El fenómeno fue observado por decenas de fieles, algunos de ellos no católicos, lo que refuerza su credibilidad. De la cara pintada brotaban lágrimas transparentes, sin explicación natural aparente. Se dice que el suceso tuvo un profundo efecto en la población, en un contexto de guerra e incertidumbre, y que se percibió como un signo de la compasión maternal de María. La imagen fue trasladada a la catedral de San Esteban de Viena por orden del Emperador, mientras que una copia que permaneció allí volvió a llorar en 1715 y de nuevo en 1905. Se dice que estos acontecimientos, interpretados como milagros, dieron a Máriapócs el estatus de importante lugar de peregrinación. Para muchos, las lágrimas de la Virgen son una expresión del sufrimiento compartido con la humanidad, y ofrecen consuelo y esperanza a quienes acuden a rezar allí. El original se conserva en Viena.