Guía de viaje Kakadu National Park

Kakadu, el mayor parque nacional de Australia (20.000 km²), es Patrimonio Mundial de la UNESCO tanto por sus valores naturales como culturales. El parque está gestionado conjuntamente por el Gobierno y los Propietarios Tradicionales, un grupo de 19 clanes aborígenes. Se dividen principalmente en dos grupos: los Bininj, que hablan la lengua Kunwok (uno de los dos dialectos: Gundjeihmi y Kunwinjku), y los Mungguy, que hablan Jawoyn. Los Bininj y los Mungguy habitan la región desde hace al menos 40.000 años, y probablemente 65.000, y han producido pinturas rupestres, algunas de ellas mundialmente famosas, que constituyen hoy uno de los principales atractivos del parque.Kakadu hará las delicias de los amantes de la naturaleza y los grandes espacios, con una enorme diversidad de paisajes, que combinan manglares, acantilados, bosques de eucaliptos y focos de selva tropical. Los espectaculares acantilados que bordean el parque por el sur y el este dan lugar a formidables cascadas que no hay que perderse. Gunlom es la más accesible, Jim Jim la más impresionante (¡pero hay que ganársela!).La gran llanura está surcada por tres grandes ríos serpenteantes que el teniente Phillip King bautizó en 1820 como West, South y East Alligator River, porque creyó reconocer caimanes, que no se encuentran en Australia. Los cocodrilos, en cambio, están por todas partes, tanto los de agua dulce (los no muy desagradables freshies) como los de agua salada (los temidos salties), que contrariamente a sus nombres pueden encontrarse en cualquier río. Muchos pescadores deportivos también visitan estos mismos ríos en busca del barramundi, un auténtico icono del TN.La pequeña ciudad de Jabiru es la principal base turística del parque y se fundó a finales de la década de 1970 para alojar a los trabajadores de la cercana mina de uranio (a 8 km de Jabiru). Las actividades mineras han cesado gradualmente y ahora se limitan a una enorme operación de limpieza, en colaboración con los aborígenes gundjeihmi, destinada a devolver a la mina su aspecto de antaño.