CSIRO PARKES OBSERVATORY
El radiotelescopio de Parkes es mítico para los aficionados a la astronomía. Su gigantesca antena es emblemática de otro tipo de astronomía, la de escuchar las estrellas. Situado en las afueras de la ciudad de Parkes, a 380 km de Sidney, es uno de los tres instrumentos que componen el Australian National Telescope Facility. Con un diámetro de 64 m, es uno de los mayores telescopios del hemisferio sur dedicados a la astronomía. Se tardó tres años en diseñar y dos en construir. Se inauguró el 31 de octubre de 1961. Sólo la parte móvil del telescopio, sobre la torre de hormigón, pesa más de 1.000 toneladas Debido a su considerable carga de viento (¡la superficie de la antena es de más de 3.200 m²!), debe colocarse en posición de reposo, apuntando hacia el cenit, cuando la velocidad del viento supere los 35 km/h. El telescopio funciona las veinticuatro horas del día, incluso cuando está nublado y llueve. A lo largo de un año, se utiliza aproximadamente el 85% del tiempo, el resto se divide entre los periodos de mantenimiento y prueba, y los días o noches en que el viento es demasiado fuerte. Desde 1961, se ha mejorado continuamente mediante programas para su superficie de recepción, sistema de control, receptores, ordenadores, etc., de modo que su antena es ahora 10 000 veces más sensible que cuando se puso en funcionamiento El radiotelescopio de Parkes se ha convertido en el buque insignia de la ciencia australiana. Su gran área de recepción lo hace muy sensible, ideal para escuchar y estudiar ciertas estrellas como los púlsares, que tienen la característica de girar a gran velocidad. Muchos de los púlsares descubiertos hasta la fecha lo han sido a través del telescopio Parkes. Pero su capacidad de observación no se detiene ahí, ¡y ha encontrado más de 2 500 nuevas galaxias! La otra cosa que hizo famoso a este radiotelescopio fue que durante mucho tiempo estuvo contratado por la NASA y otras agencias espaciales internacionales para rastrear y recibir datos de naves espaciales... En la década de 2000, siguió trabajando en misiones de exploración de Marte, así como en la famosa misión espacial Cassini-Huygens de la Agencia Espacial Europea, que incluyó el aterrizaje de un módulo en Titán, la mayor luna de Saturno. Más recientemente, Parkes desempeñó un papel de apoyo en el seguimiento del robot Curiosity de la NASA mientras descendía a la superficie de Marte.